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[OPINIÓN] Cuestiones de reyes

Quiero hablarles de otros tiempos, distintos a los de hoy, en que las alianzas entre países se resuelven a través de tratados de comercio.  En estos otros tiempos, todo se resolvía a través de alianzas matrimoniales concertadas por los reyes.

El plan de los Reyes Católicos –Isabel de Castilla y Fernando de Aragón- era fabuloso:  casarían a una de sus hijas, Catalina de Aragón con Arturo Tudor, heredero al trono de Inglaterra.  A la otra: Juana de Castilla, la darían en matrimonio a Felipe el Hermoso, hijo del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Maximiliano I.  De este modo, se formaría una alianza entre lo que sería actualmente España, Inglaterra y Alemania-Austria en contra de Francia.  Si todo salía como se esperaba, en unos pocos años, el país galo sería reducido a la nada.

 Pero lo cierto es que las cosas no siempre resultan como las planean los mortales.

¿Qué pasó en el Sacro Imperio Romano Alemania?

Del matrimonio entre Juana y Felipe nació Carlos I de España y V de Alemania.  Juana fue apodada La Loca.  Si perdió el juicio o no, es algo en lo cual lo historiadores nunca se han puesto de acuerdo.  Unos sostienen que sí, y que su locura se debió a una celopatía hacia su esposo.  Otros dicen que no, y que fue acusada de encefalópata por su padre y por su hijo, el emperador Carlos V, con el objeto de despojarla de los tronos de Castilla y Aragón.  En lo que sí están de acuerdo los historiadores es en el hecho de que su padre y su hijo la encerraron en un convento en Tordesillas; allí el emperador Carlos V, le hacía recibir –mediante torturas- los sacramentos, ante la negativa de ella a recibirlos.

El 31 de octubre de 1517, Lutero clavaba sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del Palacio de Wittenberg.  Se iniciaba de este modo la Reforma, y con ella las luchas religiosas que desangrarían al Imperio y a Europa durante los años siguientes.  Si bien el Sacro Imperio Romano oficialmente no se hizo protestante, muchos de sus príncipes sí abrazaron la fe luterana y ello significó que la alianza entre el Imperio y España no se concretara.  El plan de los Reyes Católicos fracasó, por el lado alemán.

¿Qué pasó con Inglaterra?

Catalina de Aragón y Arturo Tudor contrajeron matrimonio en Londres.  Ella tenía 16 años de edad y él 15.  Pero Arturo falleció 5  meses más tarde.  Entonces los Reyes Católicos planearon el matrimonio de Catalina con Enrique, hermano menor del fallecido Arturo.

Catalina de Aragón tuvo a lo menos unos 7 embarazos fallidos, de los que sobrevivió solamente una hija:  la futura Reina María.  Pero Enrique VIII quería un heredero varón y como Catalina no pudo dárselo, solicitó al Papa la anulación de su matrimonio.  Según Enrique, el derecho canónico impedía el matrimonio entre una viuda y el hermano del cónyuge premuerto.  Según Catalina, el matrimonio con Enrique era válido: el derecho canónico efectivamente contenía ese impedimento, pero establecía una excepción:  el matrimonio era válido si el anterior no había sido consumado.  Catalina insistió hasta el cansancio que nunca había tenido relaciones sexuales con el fallecido Arturo; Enrique sostenía lo contrario.  El Papa creyó en la versión de Catalina:  esta era virgen al momento de casarse con Enrique. Y por tanto, se negó a anular el matrimonio.

De este modo, Enrique VIII rompió con Roma. El papa lo excomulgó.  El Arzobispo de Canterbury declaró nulo el matrimonio con Catalina y autorizó un nuevo enlace nupcial con Ana Bolena.  Así las cosas, la alianza entre Inglaterra y España quedaba igualmente rota.

Años más tarde, en 1700, fallecía en España, sin dejar descendencia, su rey Carlos II el Hechizado, el último monarca de la Casa de los Austria.  Francia sostenía que el trono de España lo debía ocupar Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, el llamado Rey Sol, pues este se había casado con María Teresa de Austria, hermana de Carlos II el Hechizado.  De este modo, Felipe de Anjou, era sobrino nieto de Carlos el Hechizado, el monarca español fallecido sin dejar descendencia.

La guerra de sucesión por el trono de España la ganó Francia.  De este modo, Felipe de Anjou, que pertenecía a la dinastía francesa de los Borbón, se convirtió en Rey de España y se sentó en el trono del país ibérico como Felipe V.  Desde este rey, hasta el actual Felipe VI, todos los monarcas de España han pertenecido a la Casa de Borbón-Anjou, y en el sentido más estricto de la palabra han sido “franceses”.

Ni en sus peores pesadillas los Reyes Católicos hubieran imaginado este desenlace.

Víctor Manuel Santana Escobar

Juez de Garantía de Copiapó

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