“No crean todo lo que ven” fue el mensaje con que la panelista de Muy Buenos Días, Karen Bejarano, aclaró a sus seguidores que la imagen que publicó en su cuenta de Instagram no era lo que parecía.
En la instantánea, Bejarano aparecía con el cabello completamente platinado, lo que hizo suponer a muchos que nuevamente había cambiado drásticamente su look, generando una serie de comentarios positivos y también muchas críticas.
“Te ves hermosa”, “otra vez jodiste tu pelo”, “me encanta el look”, “horripilante, el rojo te quedaba mejor”, “Tanto cambio en tu pelo ¿no te gusta? ¿no estás conforme? ¿no encuentras tu identidad? ¿cuál es la idea?”, “No le veo nada de malo, valiente por hacer cambios”, fueron algunos de los comentarios que recibió.
Pero lo cierto es que la ex chica Mekano nunca modificó radicalmente su apariencia, sólo utilizó una aplicación llamada FaceApp, desarrollada por la compañía rusa Wireless Lab y que permite modificar de manera muy realista la apariencia de una persona en una fotografía.
Con esta app puedes desde hacerte sonreír artificialmente, hasta verte más joven o incluso hacerte cambiar de género.
Esta aplicación inicialmente fue creada para hacer ver más “atractivas” a las personas, pero luego de que la acusaran de “racista” por aclarar la piel de algunas personas afrodescendientes y estar fuera de acción por un tiempo, cambió su objetivo.
Yaroslav Goncharov, fundador y director ejecutivo de Wireless Lab, respondió a esas críticas explicando que todo fue un error técnico. “Lamentamos profundamente este tema incuestionablemente grave. Es un efecto secundario desafortunado de la red neuronal subyacente (tecnología que usa para hacer las modificaciones)”, explicó, añadiendo que la app tuvo un comportamiento no previsto y que por lo mismo se estaba trabajando en una “solución completa”.
Después, la misma aplicación enfrentó otra polémica cuando presentó “filtros de etnicidad” como “Blanco”, “Negro”, “Asiático” e “Indio”. Tras eso, Goncharov decidió eliminarlos, tal como consignó el diario español ABC.
Pero lo cierto es que de esta anécdota de Karen Bejarano podemos sacar como lección que no podemos creer tan fácilmente ni siquiera en lo que vemos en redes sociales.
Fuentes: BioBioChile