Los más vulnerables del mundo suman 1.300 millones de personas; la mitad son niños. Son pobres en todos los sentidos, no sólo por su nivel de ingreso. Si nos limitamos a este único parámetro, el de la plata, el número de pobres se reduce a 736 millones de personas, que sobreviven cada día con menos de 1.9 dólares. Es decir, con unos 1.300 pesos chilenos. Estar por sobre esa línea, en ningún caso es garantía de contar con WC, saber leer o que tus hijos no mueran de diarrea, que son datos concretos con los que se mide la carencia absoluta de bienestar. De ahí, la importancia de medir la pobreza en sus múltiples dimensiones.
A mediados de agosto, se conocieron los datos de la encuesta Casen 2017 que considera ambas miradas: la por ingresos y la multidimensional. Y el 20 de septiembre, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entregó los resultados del primer Índice de Pobreza Multidimensional Global, que considera a 104 países. De ahí surgen esos 1.300 millones de pobres, que se concentran en dos regiones: África subsahariana y Asia meridional. En Chile, más de tres millones y medio de personas son pobres multidimensionalmente.
¿Por qué es importante incorporar el criterio de multidimensionalidad en la lucha contra la pobreza?
La experiencia de India arroja luz sobre esta pregunta, porque si bien India es aún el país con mayor cantidad de pobres del mundo, la pobreza ha disminuido gracias a medidas y programas enfocados en mejorar la educación, la salud, la vivienda, específicamente de los grupos más vulnerables, señalados por esta manera de medir.
Un ejemplo que Chile debe copiar, partiendo por La Araucanía, Los Lagos, Tarapacá y Ñuble, las regiones con mayores índices de pobreza multidimensional. Como Hogar de Cristo, creemos que un país como Chile, con un PIB per cápita de casi 20 mil dólares, está en condiciones de abordar estas dimensiones con estándares de calidad más exigentes. No se trata sólo de evaluar si los integrantes del hogar reciben o no pensiones por concepto de jubilación, cuando el monto de esa pensión sitúa a la persona bajo el umbral de la pobreza. El objetivo de las políticas sociales debiese aspirar a superar la pobreza evitando estas inclusiones deficitarias.
Por Paulo Egenau, director social nacional Hogar de Cristo