Un equipo de científicos descubrió desde un telescopio chileno que las supernovas generadas a partir de las estrellas supergigantes rojas que están en etapas avanzadas de su vida, presentan un destello antes de la explosión que supone su muerte.
Este brillo se explica por el choque entre el gas en expansión de la supernova y un material de origen desconocido que rodea la estrella, según Francisco Förster, principal responsable de la investigación que realiza el Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS).
“Esto nos permite entender un poco mejor el final de una familia de estrellas, muy masivas, que en su interior están quemando elementos como el hidrógeno o el helio”, explica a la AFP.
Las más masivas, asegura, queman hasta el fierro (hierro) por lo que “pierde su fuente de presión y la gravedad termina ganando, produciéndose el colapso”.
Es precisamente antes de este fenómeno cuando emiten este brillo, que se ha podido detectar desde los lentes del Telescopio Blanco de Cerro Tololo, situado en el desierto de Atacama (norte de Chile), el más seco del mundo.
Para el científico, estos hallazgos cambiarán lo que se sabe sobre explosiones de supernovas y la muerte de las estrellas.
También permitirá obtener “pistas acerca del misterioso comportamiento de las estrellas masivas a punto de explotar”, sostuvo Takashi Moriya, astrónomo del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, citado en un comunicado de la Universidad de Chile.
“Cuando la estrella está agotando su combustible, algún mecanismo en su interior provocaría la pérdida de material en sus regiones más externas justo antes de la explosión, pero no tenemos una idea clara del mecanismo que provocaría lo anterior”, añadió.
Förster espera que estos hallazgos abran paso a nuevas investigaciones que se podrán realizar con los grandes telescopios que se están construyendo en el norte de Chile, como el Large Synoptic Survey Telescope, que cada noche barrerá el cielo reportando “10.000 eventos cada 30 segundos”.
La revista Nature Astronomy publicó recientemente la investigación de los científicos chilenos que duró cuatro años.
Fuente: BioBioChile