Ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, junto al subsecretario Guillermo Rolando, presentó la nueva estrategia que en su primera etapa contempla el cierre de 68 asentamientos a nivel nacional este año, incluyendo los históricos San Francisco de San Bernardo, la ex toma de Peñalolén, y Juan Pablo II de Lo Barnechea.
“El tema de los campamentos se conduce desde el Minvu, pero requerimos, además, de la relación con el resto de los ministerios y una coordinación público-privada. Acá necesitamos a todos comprometidos con lo que hemos denominado ‘No más campamentos’”, indicó la autoridad.
El máximo “sentido de urgencia” tendrá en su ejecución el nuevo Plan Nacional de Campamentos presentado esta mañana por el ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, y que entre sus objetivos busca aunar el trabajo intersectorial con distintos ministerios y mejorar las alianzas público-privadas, para facilitar el cierre de un mayor número asentamientos y entregar soluciones habitacionales definitivas y de mejor calidad a las familias que viven en precarias condiciones.
Remarcando que el llamado es #NoMásCampamentos, el secretario de Estado precisó que a contar de julio esta estrategia será tema prioritario en las sesiones de la Comisión de Ciudad, Vivienda y Territorio (Comicivyt), que preside el Minvu, y que marcará el punto de partida a la coordinación interministerial sobre el tema. “Hay un sinnúmero de medidas que vamos a hacer y que dicen relación con modificar programas dentro del Minvu, que dicen relación con el arriendo, coordinación entre las Seremis y los Servius para poder atender a las familias que están en campamentos, y coordinación con otros ministerios”, señaló el ministro.
En esta primera etapa el plan concentra el cierre de 68 campamentos a nivel nacional durante 2018, priorizando aquellos que tienen un promedio de 26 años de antigüedad y se ubican en zonas de riesgo. Los cierres se concentrarán principalmente en tres regiones del país, totalizando 21 campamentos en la región del Biobío, 13 en la región de Valparaíso y 9 en la región Metropolitana. En esta última se propiciará el cierre de los campamentos San Francisco de San Bernardo, La Toma de Peñalolén, y Juan Pablo II de Lo Barnechea.
Esto permitirá que 3.880 familias tengan una solución habitacional al finalizar este año, y de los cuales un alto porcentaje podrá relocalizarse en la misma comuna en que actualmente vive.
De acuerdo al ministro, “el compromiso con las familias que hoy día están con una necesidad latente, es actuar con sentido de urgencia, pero con seriedad. Y esa seriedad pasa por trabajar con la familia, buscar soluciones habitacionales y entregar hogares definitivos para que el drama de los campamentos, que hoy día está muy visibilizado, vaya disminuyendo cada vez más”
El titular del Minvu explicó que si bien hoy existe un departamento interno exclusivo para el desarrollo de políticas asociadas a campamentos, será el subsecretario de la cartera, Guillermo Rolando, quien se hará cargo de la ejecución de este nuevo plan.
“Tenemos tres grandes líneas: primero, la erradicación, donde trabajaremos con las familias hasta sacarlas de ahí, sobre todo en zonas de riesgo; un segundo eje es la radicación, que es cuando se trabaja exactamente en el mismo lugar. Se trata de un esfuerzo a largo plazo en que las familias se desplazan momentáneamente; y el tercer eje es la urbanización, que responde generalmente a asentamientos precarios de mucha más larga data donde las familias ya han construido en sólido y lo que se requiere es que el Estado llegue con los servicios de alcantarillado, agua, pavimentación, etc”, explicó el subsecretario.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo ya tiene en marcha una actualización del perfil de familias que habitan campamentos, puesto que el último catastro data de 2011 y considera más de 27 mil familias que viven en condiciones precarias, cifras que para el ministro no reflejan la realidad al día de hoy. Por ello, la nueva información permitirá focalizar las políticas públicas que impulse el Gobierno, a través de un trabajo multisectorial, para mejorar la calidad de vida de esas familias a través de subsidios y programas de ayuda social.