Un didáctico concierto musical, pedagógico y mágico de diyeridú, dirigido a estudiantes de distintos establecimientos educacionales, realizó el joven copiapino Alfonso Silva en el salón de eventos Espacio Kinross, como parte de Culturarte Educativo de la Fundación Proyecto Ser Humano, organización que desde hace cuatro años respalda la empresa minera y, que ha permitido llevar el desarrollo del arte en sus distintas manifestaciones a amplios sectores de la comunidad.
El diyeridú, es un instrumento de viento de origen australiano con más de dos mil años de existencia y, que en la última década comenzó a ser conocido y cultivado en nuestro país y, entre ellos el joven Silva, quien hizo una exposición pedagógica e instrumental para explicar no sólo el origen, sino las bondades, particularidades y variedad de éste.
Al evento asistieron aproximadamente 270 alumnos, entre ellos Paola Carmona, estudiante del Colegio San Agustín, que al término de la presentación señaló: “Fue entretenido y muy educativo. No había tenido la oportunidad de participar en conciertos como éste y, puedo decir que es que es una música relajante y mágica”.
Yanet Acosta, maestra del Colegio Estación, explicó que nunca había escuchado el diyeridú. “Su sonido me hizo aflorar muchos sentimientos y así lo vivieron también los alumnos, quienes en todo instante escucharon en silencio y respeto. Ha sido una experiencia que debe ser repetida. Agradecemos de corazón lo que hace Kinross por la cultura y el arte”.
Alexei Piñones, relacionador público de Fundación Proyecto Ser Humano, dijo que este concierto surgió del Programa Culturarte en su versión educativa, la que es parte de los programas de la Fundación y apoyado por Minera Kinross, que busca interrelacionar el quehacer artístico y cultural de la región de Atacama a través de su centro de estudios, especialmente en los colegios. “Esto es parte del inicio de formación de audiencia. Este concierto didáctico tiene relación con el ámbito educacional en el sentido artístico, cultural y de la música para conocer nuevos instrumentos que no son muy conocidos en la ciudad”.
Para Alonso Silva, el artista copiapino intérprete, señala que este concierto dedicado pedagógicamente a niños y jóvenes, lo viene afinando y renovando desde el 2008, “Hay cosas en este concierto que es la base original, pero a medida que han pasado los años y la experiencia, he agregado las cosmovisiones andinas y americanas en general, agregando cantos y el sonido del tambor, por ejemplo”.
En cuando al recibimiento y aceptación de los estudiantes, dijo estar feliz. “Este instrumento en particular abre mucha magia, debido a que el diyeridú trabaja con el asombro”.