Colombia dio por terminado de manera definitiva medio siglo de conflicto con las FARC, la que fuera la mayor guerrilla del continente. Los rebeldes concluyeron este martes su desarme y ahora pasarán a ser un partido de izquierda.
“Con esta dejación de armas (…), el conflicto realmente termina y comienza una fase nueva en la vida de nuestra nación”, proclamó el presidente Juan Manuel Santos.
El mandatario y varios jefes del -hasta este martes- movimiento guerrillero asistieron a la salida del último cargamento con armas entregadas a una misión de la ONU para su próxima fundición.
El emotivo acto se llevó a cabo en Pondores (Costa Caribe), una de las 26 zonas donde se concentraron desde diciembre los rebeldes para su desarme, tras firmar la paz en noviembre.
Santos, que estaba en mangas de camisa y sombrero, puso candado al contenedor con los últimos fusiles que recibió la misión de Naciones Unidas, siendo el gesto con el que selló la prolongada lucha que dejó casi 7,5 millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
Observadores internacionales recibieron 8.111 armas de manos de casi 7.000 combatientes, siendo ya incinerados más de un millón de cartuchos.
Además, han ubicado 510 de los 873 escondites con armamento que tenían las FARC, donde han recolectado 795 armas, 22 toneladas de explosivos, 3.957 granadas y 1.846 minas antipersonales.
“Hoy en efecto desapareció ya oficialmente las FARC como grupo armado, ya las FARC son ciudadanos colombianos sin armas (…) Seguirán haciendo su proselitismo político pero sin violencia”, destacó Santos.
El nuevo partido
Iván Márquez, uno de los líderes del ya desaparecido movimiento insurgente, ratificó que en adelante las FARC se dedicarán a la lucha política democrática.
“Dentro de poco estaremos realizando el congreso fundacional del nuevo partido político, que seguramente se llamará Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia”, anticipó.
El lanzamiento está previsto para el 1 de septiembre en Bogotá, en el que los delegados deberán formalizar el nombre de la nueva agrupación política.
“No queremos romper con nuestro pasado. Hemos sido y seguiremos siendo una organización revolucionaria”, señaló Márquez.
El grupo que fracasó en su intento de tomar el poder durante medio siglo, inicia así una nueva etapa después de negociar y sellar la paz al cabo de cuatro años de negociaciones en Cuba.
Sin embargo, con el adiós a las armas de las FARC no termina el conflicto en Colombia, ya que aún quedan activos unos 450 disidentes de ese grupo, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) -una guerrilla más pequeña con la que el gobierno intenta sellar la paz- y bandas dedicadas al narcotráfico de origen paramilitar.