Una destacada artista que ha hecho mucha escuela en la zona, con sus presentaciones, talleres constantes y una inquietud que la ha llevado a cultivar diversos estilos.
Por Jessica Acuña Neira.
Marianela Rivera es una de las artistas de mayor visibilidad en la zona, tanto por sus numerosas presentaciones, obras, constantes talleres así como la visibilidad obtenida a través de redes sociales. Practica la danza afro, desde Takiri Mandé que ha abierta una senda y una escuela en Copiapó, como el jazz dance y la danza contemporánea. Como es una de sus pasiones, la ha compartido con diversos grupos de personas, mujeres, jóvenes, niños y niñas.
1.- ¿Cómo empezaste en la danza?
Comencé en la danza desde muy pequeña. Soy oriunda del Valle de Elqui y la verdad que en mi colegio, mis profesoras me becaban para estar en clase, ya que en ese entonces no contaba con los medios como para poder, por ejemplo, pagar una academia, comprarme trajes, pero como siempre tenía buena voluntad y siempre quería participar, recuerdo que mis profesoras, mi profesora jefe sobre todo, ella costeaba los trajes o se conseguía los trajes para que yo pudiera salir.
2.- ¿Qué importancia tiene la danza en tu vida?
Desde que tengo uso de razón, la danza para mí es primordial para persistir, resistir y vivir la vida en cierta manera. Es algo tan difícil de explicar porque creo que me quedo corta con las palabras para dar una afirmación de lo que significa la danza para mí, o lo que me ha impulsado, a seguir en este mundo, en esta vida, que es un tanto vertiginosa. La danza puede ser algo como mi equilibrio, como esas ganas también de mostrar esa parte noble del ser, esa parte tan pura, tan real, lo confirmo, lo leí algunas veces por ahí, o me lo confirmaron algunos maestros también, que el estado más puro que podemos mostrarnos es a través de la danza o haciendo lo que amamos. Yo creo que el artista tiene esa sensibilidad de mostrarse tal cual es a través de su disciplina artística o lo que lo mueve.
En este caso para mí la danza es ese medio para compartir, para acercarme a otros seres, para comunicar, para convivir con otras almas también, que amen danzar o aquellos que están en conocimiento de esta disciplina o quienes también están por conocer esta disciplina o quienes la hacen visible o presente en sí mismos.
3.-Eres un artista muy visible que has hecho escuela en la zona?¿Sientes que has aportado a la valoración de esta disciplina?
Bueno, agradezco mucho esta pregunta o esta afirmación, más de una artista como tú. Bueno, cuando se ama algo y ese algo te hace tan bien, el primer impulso del ser humano es compartir aquello. Y de repente existen desafíos como buscar en lugares donde es poco común esta disciplina, pero ahí donde es poco común es donde más se necesita. Para mí la danza siempre ha sido mi bandera de lucha, para reflexionar, mi bandera para luchar en cierta manera a tantas inconsecuencias en este mundo, en este país, en este caso, ha sido el primero habitarnos con nuestro territorio corporal, porque algunas veces los humanos pretendemos excursionar desde la fuera, y qué hago yo con mi danza, que esta que ha sido quizás más reconocida como es el afro, que yo partí primero con la danza contemporánea, folclor, el afro jazz. El afro para mí fue eso, como visibilizar esta lucha, visibilizar nuevos estilos, visibilizar a personas de otros territorios a conocer su propia territoria, que es nuestro cuerpo. Y creo que partiendo por esa consigna de conocernos a nosotros mismos, podemos conocer más lo que queremos y podemos atraer quizás energías que nos van a hacer bien.
4.-¿Cómo crees que la danza aporta la identidad de la gente de Atacama? En particular la que tú enseñas y practicas?
Otra cosa súper importante mencionar a través de esto es que también se abrió la danza masivamente, se expandió en cierta manera recorriendo a través de estas itinerancias, muchas veces desde la autogestión por distintas localidades de la cultura afro y también cuando nos expandimos internacionalmente, cuando fuimos a un festival en Colombia y recorrimos Perú, Ecuador, etc. Así que creo que hemos dejado también en alto el nombre de la Región de Atacama y por supuesto de Copiapó.
5.- De las creaciones que has hecho en materia de danza ¿Cuál o cuáles recuerdas con especial cariño y orgullo?
Antes no había ni fotolog ni redes sociales donde uno pudiese publicar ciertas hazañas o ciertas misiones que tú cumples. Una de las más importantes para mí fue cuando estaba en la universidad y decidí ser parte del bienestar estudiantil y llevar arte. Estábamos con un grupo de jóvenes, teníamos batucada, danza y llegar a este grupo fue súper importante cuando íbamos a las tomas, a lugares aún inhóspitos, donde había personas que estaban lejanas a tomar clases, a ver quizá un show, esa es una de
las primeras que me marcó. También cuando fue el aluvión, tenía dos opciones o irme de esta región o quedarme luchando y compartiendo lo que sabía hacer y una de las maneras de sanarme fue ayudando a sanar a otros a través de la música y la danza. Con mi familia vimos que ya nuestra casa no tenía mucho remedio, entonces pescamos nuestros tambores humedecidos y nos fuimos, buscamos apoyo con otros compañeros en este tiempo de Rupai y nos fuimos a Los Loros, a otras localidades para poder sanar, sanando a otros a través de la música y la danza.
Otras obras que recuerdo con cariño fueron, Raíces Negras en Atacama, que hablaba un poco de esta historia invisibilizada de las primeras personas afro, de estos humanos esclavizados que llegaron a nuestros puertos, hombres que fueron llevados a las mineras o estas mujeres ahí en las haciendas, en el cultivo de algodones. Quise rescatar esta realidad como una utopía y resultó, pero maravilloso, una obra multidisciplinaria donde tuvimos teatro, danza, música en vivo, arte circense. Entonces fue muy completa y, bueno, también reconocer el trabajo de compañía De A tres, en la cual bailé mucho tiempo, participé mucho tiempo, que fueron mis inicios, donde podíamos tratar temas contingentes como que en ese entonces nadie se debía tocar, como el aborto, el Alzheimer, la drogadicción, la prostitución, todo lo que estaba pasando en el Sename, estoy hablando de años atrás, donde todo esto era tabú y nos atrevíamos a hablar,
Esas son como obras que yo he estado y he sido partícipe en la creación, ya con Pía Olivares, con María Isabel Neira, con Maribel Pinto, con Patricia Henriquez, Soledad, bueno, con esas personas somos impulsoras también de la danza acá en Copiapó, con respecto a estos temas, Pablo Cifuentes también. Una de las obras también que me ha marcado infinitamente fue nuestra escuelita Kuyay, una escuela inclusiva, fue la primera escuela inclusiva de Atacama, porque trabajamos con niños de los chañares, con chicos de la Teletón, con niños de Aphadis Downizán, con chicas del Colegio San Agustín con chicos y chicas de la Scuola Italiana. Entonces realmente no era solo una integración, sino que había una inclusión. Y trabajamos la percusión, la danza, el teatro, etc. Es una de las obras más bonitas que hemos hecho familiar, y que se vio truncada, en cierta manera, por la pandemia y por el estallido social, para no continuar, porque ya que los chicos y chicas tenían que estar en un lugar seguro.