No es un secreto que la población en Chile está envejeciendo, por lo mismo es esencial abordar la necesidad de mejorar los incentivos para que la tercera edad pueda ser más consciente de su salud y que puedan acceder a una atención médica que sea reconfortante y enriquecedora.
La llamada “edad dorada” a menudo muestra resistencia a ir al médico, motivada por experiencias negativas o el temor a diagnósticos desfavorables. Sin embargo, la prevención es clave en esta etapa de la vida; la detección temprana de enfermedades crónicas puede marcar la diferencia entre una vida activa y complicaciones serias.
Necesitamos que este segmento encuentre un aliado en el mundo médico, con un personal que lo acompañe a entender y enfrentar los cambios y desafíos que viven las personas desde los 65 años en adelante. Es por esto que es fundamental desmitificar el proceso de acudir al médico, presentando las consultas como oportunidades para aprender sobre la salud y beneficiarse de ella.
Las campañas de concientización y programas comunitarios que ofrezcan charlas educativas o transporte gratuito son cruciales para fomentar esta cultura de cuidado, así como buenos ejemplos de diagnósticos tempranos que han sido exitosos en la prevención o tratamiento de enfermedades.
Los profesionales de la salud debemos ser empáticos y claros en nuestra comunicación, a través de un trato humano y respetuoso que pueda transformar la experiencia de una consulta en un acto de empoderamiento.
Cuidar la salud en la tercera edad es una inversión en bienestar. Incentivar a nuestros mayores a acudir al médico, realizar exámenes y superar temores es también un acto de amor y un camino hacia una mejor calidad de vida.
Carlos Núñez Toledo
Médico general
Cordillera Interclínica