Se trató de un recorrido por significativos lugares de la UDA que trasportó a más de un centenar de participantes a dolorosos momentos acontecidos en la Universidad de Atacama, cuando la Caravana de la Muerte hizo su irrupción en Copiapó, dejando una huella imborrable en familiares, estudiantes, docentes y personas cercanas a quienes padecieron abusos, torturas y desapariciones forzadas.
Testigos de la época, estudiantes en ese momento narraron sucesos acontecidos en el campus universitario ese lejano 11 de septiembre 50 años atrás; posteriormente se dieron a conocer relatos de cómo se vivieron en la Universidad los años de la dictadura militar, la dramatización de actos represivos y las movilizaciones estudiantiles.
El Programa Interfacultad de Educación e Investigación en Derechos Humanos de la Universidad de Atacama organizó un recorrido por la Universidad para reflexionar sobre los acontecimientos vividos durante la dictadura militar en Chile. El recorrido contempló seis puntos destacados en los cuales, las personas que participaron reflexionaron a la luz de los testimonios de distintos protagonistas de acontecimientos ocurridos durante el Golpe de Estado en 1973.
La académica del departamento de Ciencias Jurídicas de la UDA, Gabriela Prado, quien trabaja en el Programa Interfacultad de Educación e Investigación en Derechos Humanos destacó que uno de los puntos de memoria más recordados del recorrido fue “cómo fue la represión que ocasionó la muerte del estudiante Guillermo Vargas. Acudimos a contemplar el memorial, que está ubicado en el cerro, está en la parte posterior de la universidad, donde cayó este estudiante. Luego en el gimnasio también pudimos escuchar testimonios de jóvenes de la época que participaban y que estudiaban aquí en la universidad, que también vivieron esos momentos difíciles de mucha violencia ejercida por organismos del Estado hacia los estudiantes de la universidad. Finalizamos con un último hito acá, donde está el memorial de las víctimas de la caravana de la muerte”.
El hijo de Alfonso Gamboa Farías, quien fuera ejecutado por la Caravana de la Muerte en el 73, Alfonso Gamboa Araya, quien perteneció a la Universidad Técnica y la Federación de Estudiantes en 1984 durante el movimiento estudiantil reflexionó a medio siglo del Golpe que: “El mensaje que uno piensa transmitirle a las nuevas generaciones, a estos jóvenes de hoy, menores de 50 años, menores de 30 incluso, es que hay que cuidar la democracia y no permitir. Podemos tener muchas diferencias, pero las diferencias se combaten con ideas, no con balas ni con represión. Integrarse a todo lo que significa son sus movimientos al interior de la universidad, participar activamente y no alejarse de la contingencia nacional. Es importante que ellos estén presentes. Uno no puede salir sin participar en cualquier tipo de actividades que la universidad requiera desde el punto de vista social, cultural, económico. Tienen que tener su propia opinión y su propio esfuerzo
En la misma línea Sergio Jirón Vargas, compartió su experiencia como sobreviviente de la represión durante la dictadura, al respecto destacó la importancia de conmemorar esta fecha y de que la juventud mantenga viva la memoria. Relató detalles de su detención y tortura, así como su paso por la cárcel y su participación en la universidad popular, en resumen comentó que “Me agrada que haya hasta juventud, y eso es bueno, para que esta memoria no quede impune. Tengo una mochila muy grande. Una responsabilidad histórica con respecto a la sociedad, de abrir y que esta sociedad sea mucho más democrática por los ideales que lucharon mis compañeros y seguir luchando. Todavía tengo 72 años y todavía sigo luchando con mis compañeros y mis hijos
Por su parte el rector (s) de la Universidad de Atacama, Fernando Herrera Gallardo se refirió al objetivo de esta actividad conmemorativa, y de todas las actividades realizadas por el sistema de universidades estatales, cual es relevar la importancia del golpe de 1973 y su impacto en las universidades, “, poder mostrar, dar cuenta a la comunidad, que nuestra universidad también vivió ese proceso, como sitio histórico, y que además, gran parte, un número importante de personas que estaban en la institución fueron detenidas, asesinadas, desaparecidas, y que fueron estudiantes, académicos, y que están hoy día presentes en estos espacios institucionales”.