En la actividad, las y los participantes analizaron el alcance, capacidades, instrumentos y oferta programática que el Instituto de Desarrollo Agropecuario entrega para impulsar el desarrollo de la mujer rural y campesina.
En el marco del Día Nacional Contra el Femicidio y del Proceso de Planificación Estratégica Institucional Participativa 2022-2026, Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) convocó a las integrantes de la Mesa Nacional de la Mujer Rural a un encuentro para abordar la inclusión de las temáticas de género a través de los instrumentos y programas regulares con que entrega apoyo y asesoría técnica a la Agricultura Familiar Campesina e Indígena de nuestro país.
El “Encuentro por la Transversalización de Género en Indap” buscó generar un espacio de diálogo y reflexión para abordar junto a lideresas, mujeres rurales y campesinas las inequidades, brechas y barreras que las mujeres enfrentan, particularmente en el mundo rural.
Durante la actividad, las y los participantes analizaron el alcance, capacidades, instrumentos y oferta programática que el servicio del agro entrega para impulsar el desarrollo de la mujer rural y campesina. Lo anterior, enmarcado en el programa de gobierno presidencial y de los lineamientos estratégicos del ministerio de Agricultura.
Género y mujer rural
En la actividad se presentó la Agenda de Género impulsada por la Mesa Nacional de la Mujer Rural y se desarrolló la charla “Género, políticas públicas y mundo rural” a cargo de Chiara Cazzuffi, directora del Centro en Economía y Políticas Sociales (CEAS) de la Universidad Mayor. Tras ello se realizó el conversatorio “Género y Mujer Rural” al que se sumaron el director nacional de Indap, Santiago Rojas, y la directora ejecutiva de Prodemu, Marcela Sandoval.
“Como servicio estamos sumamente comprometidos con este proceso porque somos parte de un gobierno feminista. Hemos comprometido un avance importante para 2023 en hacer transversal el enfoque de género en todos los programas e incorporar los derechos campesinos en las distintas áreas de Indap”, destacó Rojas.
El titular de la cartera de agricultura destacó que “lo increíblemente francas y potentes que han sido las dirigentas de la Mesa nacional de la Mujer Rural para profundizar estas temáticas y debates con la seriedad debida”. La autoridad relevó también la importancia de trabajar con distintos organismos y agencias del Estado para implementar planes y políticas públicas de manera coordinada y efectiva.
Carol Acevedo, vicepresidenta de la Red Apícola Nacional e integrante de la Mesa Nacional de la Mujer Rural, comentó que como organización “valoramos todas las instancias que permitan transversalizar el género en los distintos estamentos del Estado; valoramos que sea en el ministerio de Agricultura, actor fundamental en el trabajo desde la ruralidad”.
La directora nacional de Prodemu, Marcela Sandoval, relevó lo valioso del quehacer de Indap por incorporar el enfoque de género en sus programas e instrumento: “este propósito de transformar el campo implica necesariamente abordar las relaciones de poder, de género y también temas de violencia, relacionados con la autonomía económica de las mujeres”.
Sandoval detalló que Prodemu, a través del Programa Mujeres Rurales, y con otros instrumentos dirigidos a las mujeres, cumple un rol importante. “Es importante que todos los actores públicos y privados nos pongamos en este esfuerzo y a disposición, que exista una mayor coordinación en el Estado respecto de temáticas de género”, comentó.
Cifras en el mundo agrícola
Según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en promedio, las mujeres son cerca del 43% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo; las brechas históricas apuntan a la propiedad de la tierra y el ganado, la soberanía alimentaria, los cambios en los paradigmas de producción, el acceso al agua, la igualdad de remuneración, la participación en la toma de decisiones de entidades como las cooperativas agrarias y el acceso a recursos, créditos y mercados.
Además, las mujeres rurales enfrentan dificultades para un acceso equitativo a servicios públicos como educación, salud y agua. Lo anterior, además de empeorar su calidad de vida, es un obstáculo para garantizar la calidad de vida y la seguridad alimentaria.
Estudios de FAO de 2011 indican que, si las mujeres accedieran equitativamente a los recursos, la producción agrícola en países en vía desarrollo aumentaría entre 2,5 y 4%; en tanto, las personas desnutridas en el mundo disminuirían aproximadamente entre un 12% y un 17%.
Fuente: biobiochile.cl