La compañía informó que abrirá una investigación sobre esta mina de cobre y oro que estuvo en el centro de la sangrienta guerra civil en Bougainville entre 1980 y 1990, conflicto que continúa según los habitantes de la zona.
La empresa minera anglo-australiana Río Tinto aceptó investigar el legado medioambiental y humano de la gigantesca obra de Panguna, en la isla de Bougainville en Papúa Nueva Guinea.
La noticia fue anunciada este jueves por la misma multinacional que es acusada, entre varias otras cosas, de evadir su responsabilidad de limpiar los desechos tóxicos del lugar.
La compañía informó que abrirá una investigación sobre esta mina de cobre y oro que estuvo en el centro de la sangrienta guerra civil en Bougainville entre 1980 y 1990, conflicto que continúa según los habitantes de la zona, pero con la contaminación de los ríos vecinos más de tres décadas después de su cierre.
En su tiempo, Panguna representó por sí sola hasta 40% de las exportaciones de Papúa y estuvo en funcionamiento desde 1972 hasta 1989.
Los daños ambientales causados por la actividad minera y la ausencia de repercusiones financieras provocaron fuertes protestas entre la población.
Las reivindicaciones relativas a esta mina provocaron los primeros enfrentamientos entre el ejército y los rebeldes secesionistas.
Finalmente, la guerra civil que siguió causó 20 mil muertos y sigue siendo el conflicto más sangriento en el Pacífico desde la Segunda Guerra Mundial.
Bajo presión de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, Río Tinto anunció que buscaría “identificar y evaluar los impactos” de la mina.
“Es un primer paso importante hacia la apertura de un diálogo con aquellos que se han visto afectados por el legado de la mina de Panguna”, dijo el director general del grupo, Jakob Stausholm.
“Nos tomamos este tema muy en serio y estamos decididos a identificar y evaluar el papel que hemos podido tener en cualquier impacto negativo”, añadió.
En un primer momento, Río Tinto financiará un panel independiente de expertos internacionales para la indagación.
Este anuncio debería galvanizar a las organizaciones que militan por la creación de un fondo de indemnización para las víctimas y por la restauración de los lugares.