Pese a que públicamente en el Gobierno aseguraban que la reforma migratoria respetaba plenamente la Constitución, en privado se reconocía -después del requerimiento presentado por parlamentarios de oposición- que era “difícil” que el TC no impugnara alguno de los 13 artículos objetados.
Y así fue, el TC declaró inconstitucional seis puntos del proyecto despachado por el Congreso, dos de ellos considerados como fundamentales para el Ejecutivo.
El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, aseguró que con este fallo los migrantes quedan en peores condiciones.
Sobre este artículo relacionado con los niños, niñas y adolescentes, que terminó siendo impugnado por el TC, el diputado comunista, Boris Barrera, acusó contradicciones del Gobierno, a quien calificó reiteradamente como “racista y xenófobo”.
El segundo punto sensible impugnado por el TC fue el tiempo de expulsión de quienes ingresen de forma irregular a Chile, se mantengan sin los papeles requeridos o cometan delitos. El Gobierno proponía 72 horas y el TC lo dejó en 48 horas.
Pese a estos resultados, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, valoró que se termine con lo que calificó como “turismo laboral”, ya que los restantes artículos fueron visados por el TC.
También se ve como positivo, en el Gobierno, que se pueda modernizar la ley y se cree el Servicio Nacional de Migraciones, obligando a explicitar las condiciones que pone Chile para recibir a extranjeros.
Desde el Frente Amplio, la diputada y presidenta de Revolución Democrática, Catalina Pérez, valoró el fallo del Tribunal Constitucional, señalando que éste reafirma que la iniciativa del Gobierno vulnera los Derechos Humanos.
Ahora el Gobierno espera conocer el fallo completo, lo que podría ocurrir a fin de mes, para luego promulgar la nueva ley de migraciones.
Fuente: BioBioChile
