Hace unos meses, Katherine Salosny reveló que durante este periodo sin trabajo, vivía gracias a su seguro de cesantía. Esto, luego que su restaurante “Casa Tunquén”, ubicado en el litoral central, tuviera que cerrar temporalmente debido a la pandemia de COVID-19.
No obstante, la vida comienza a sonreírle a la animadora, luego que el pasado fin de semana reabriera el local, que fue inaugurado a principios de año.
“Estábamos con mucha emoción, porque fueron ocho meses bien dolorosos y complejos. Nos iba súper bien, pero debimos parar y fue duro tener que quedarnos con un grupo reducido de personas”, sostuvo a Las Últimas Noticias.
Y la reapertura vino con novedades: “Ampliamos la terraza y nos favoreció. Tenemos quincho, un horno de barro, fogones, una zona animal friendly y un salón. Contratamos más gente. Quedamos con capacidad para atender a poco más de 80 personas. El lugar se llenó”, dijo la exrostro de Mega, quien ve las comunicaciones y ejerce como anfitriona del establecimiento.
“Me gusta atender las mesas y sentarme a conversar con la gente. Y a la gente le gusta eso, el trato personalizado“, manifestó Salosny.
Compleja salud de su madre
La animadora reiteró que durante estos meses de paralización, tuvo que echar mano a sus ahorros para salir del paso ante las dificultades, como el deterioro en la salud de su madre.
“Le brotó una fibromialgia del terror. Estuvo tres meses muy mal, justo en el peak de la pandemia. Yo desde Santiago trataba de coordinar todo. Hasta que di con un geriatra en Valparaíso que le recetó los medicamentos precisos”, señaló. Sólo pudo volver a verla en octubre.
“La encontré más viejita, aunque está bien, lúcida e hiperactiva”, señaló Salosny, quien adelantó que se encuentra en medio de un nuevo proyecto.
“Comencé a grabar un nuevo proyecto poderoso relacionado con TV y redes sociales”, cerró, jugando al misterio.
Fuente: BioBioChile