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Familias migrantes en Atacama felices con proyecto de inclusión dirigido a niños y niñas

A través del Programa Interculturalidad e Inclusión Migrante, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, junto a la Agrupación Cantantes Líricos de Atacama, desarrollan material audiovisual para educar a la primera infancia en inclusión social e interculturalidad. 

De Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela, son las familias migrantes de la región que están participando en el proyecto Arcoíris en el Desierto, iniciativa que desarrollan conjuntamente el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, con la Agrupación Cantantes Líricos de Atacama, y que es financiado por el programa Interculturalidad e Inclusión Migrante de la institución gubernamental.

Por medio de la realización de 6 videos con lengua de señas, que acompañan a las canciones interpretadas por la Agrupación Cantantes Líricos de Atacama junto a niños y niñas del jardín infantil Juan Pablo II de Copiapó, además de la creación de un cancionero, se promoverá su uso en jardines Integra y JUNJI de la región, apuntando a la enseñanza del respeto por la diversidad cultural y la inclusión social de las familias migrantes.

“Esta segunda etapa del proyecto (la primera fue la creación de las canciones), ha sido muy bien recepcionada por las familias participantes, que además de confiar en que será una herramienta didáctica que promoverá la inclusión social, les hace sentirse orgullosas de la representación de sus culturas en ellas, y ver con esperanza que se logre la integración social y el respecto de sus culturas. En este objetivo estamos trabajando con la Agrupación de Cantantes Líricos de Atacama, en este proyecto que es financiado por el programa de Interculturalidad e Inclusión Migrante de nuestro Ministerio, y que apunta a generar una herramienta a utilizar en la educación inicial”, explicó la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Atacama, Maria Cecilia Simunovic Ramírez.

OPINIONES

“Creo que fue un desafío que supieron abordar. El folclore que identifica a cada uno de los países que hacen parte de la región quedó muy precisa, muy concreta; se recoge el espíritu de la musicalidad de cada uno de estos países. En la mía por ejemplo se recoge la cumbia colombiana, que es un género tradicional y está muy arraigada a nuestra historia, nuestra cultura, y el modo de relacionarnos a través de la música”, mencionó Ronis Socarras de Colombia.

Por su parte Estela Cossio de Bolivia valoró la realización del proyecto, ya que apuesta por la integración como una forma de contribuir al futuro de los niños y niñas. “es importante que haya más niños, más gente que se enfoque en la integración; una integración que sea para el futuro de los niños y niñas y las nuevas generaciones”.

En tanto, Alexandra Chasiguano de Ecuador se refirió a las oportunidades de aprendizaje. “Los niños tienen la capacidad de aprender muchísimas cosas mediante juegos, mediante canciones. Ellos son como una esponjita que absorbe todo durante ese tiempo. Absorben todo lo que uno les enseña, y sería lo mejor enseñarles desde la primera infancia a respetar, valorar y a cuidarnos entre nosotros; a querernos los diferentes pueblos”.

“Nos sentimos apoyados, acogidos y sobre todo que nos reciben con empatía. En particular la obra musical venezolana me llena de orgullo y satisfacción, precisamente porque me trae recuerdos de mi país, de mi tierra, de mi origen”, indicó sobre el proyecto Dannifer Salcedo de Venezuela.

“Estas canciones son una breve reseña de los países que están identificándose a través de sus costumbres, sus instrumentos musicales y sus paisajes. Es un relato breve que va a ayudar a la comunicación y aprendizaje para todos los niños; para que puedan comunicarse más fácilmente con los migrantes”, mencionó Laura Romero de Perú.

MÚSICA Y EDUCACIÓN

Verónica Pizarro, presidenta de la Agrupación Cantantes Líricos de Atacama, se refirió a la importancia de la música en la iniciativa, como una herramienta que fortalece los aprendizajes en las edades más tempranas. “Si me preguntan si la interculturalidad se puede trabajar con la música, sin lugar a dudas la respuesta es sí, pues mediante todos elementos como la canción, los ritmos y los instrumentos se educa a través de ella. Lo más significativo para nosotros -como Cantantes Líricos Atacama- es que nuestros cantos enseñan a los niños, puntos de vista no racistas, favoreciendo un clima de paz y potenciando conductas tolerantes y respetuosas”.

En este sentido, expresó que es relevante que los migrantes que han escuchado las canciones infantiles han visto reflejado su cultura en ellas a través de las sonoridades, gastronomía y costumbres, “pero sin duda, creemos que aún queda mucho por hacer para generar una inclusión y una integración que sean sostenibles en el tiempo. Por eso hoy estamos incorporando nuevos elementos en materiales educativos didácticos y lúdicos, a través de la música, a través de material audiovisual y también inclusivo para nuestros niños y niñas no sólo de Atacama, sino de Chile”, sentenció.

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