Es común que se tenga la percepción de que los hijos únicos son egoístas, mimados o solitarios. Pero ¿qué dicen las investigaciones sobre la personalidad de los niños que crecen sin hermanos?
De acuerdo a un reciente estudio donde participaron casi 2.000 adultos alemanes, se descubrió que los hijos únicos no tienen más probabilidades de ser narcisistas que los que tienen hermanos.
“La evidencia del estudio indica que este estereotipo es falso”, afirman. “Investigaciones anteriores han indicado que ni la condición de hijo único, ni la posición por orden de nacimiento, tienen un efecto sustancial en la mayoría de los rasgos de personalidad“, precisan.
Asimismo, Ana Aznar, profesora de Psicología de la Universidad de Winchester, Inglaterra, detalló en una columna de la revista The Conversation, que si nos fijamos en la personalidad, “no se encuentran diferencias entre personas con y sin hermanos en rasgos como extroversión, madurez, cooperatividad, autonomía, control personal y liderazgo”.
Incluso, los hijos únicos tienden a tener una mayor motivación de logro (una medida de aspiración, esfuerzo y persistencia) y una mejor adaptación personal (capacidad de ‘aclimatarse’ a nuevas condiciones) que las personas con hermanos.
¿Más inteligentes?
De acuerdo a un estudio publicado por The Journal of Social Psychology, la mayor motivación de logro de los hijos únicos, podría explicar por qué tienden a completar más años de estudios y alcanzar ocupaciones más prestigiosas que las personas con hermanos.
“Los patrones observados también indican que ese tipo de niños parecen sobresalir de manera desproporcionada en términos de logros educativos“, precisan en la publicación.
En este contexto, algunos estudios sugieren que los hijos únicos tienden a ser más inteligentes y tienen un mayor rendimiento académico.
Una revisión de 115 estudios que compararon la inteligencia de personas con y sin hermanos, encontró que los hijos únicos alcanzaron puntuaciones más altas en las pruebas de CI (coeficiente intelectual) y obtuvieron mejores resultados académicos que las personas que crecieron con muchos hermanos o con uno mayor.
“Los únicos grupos que los superaron en rendimiento académico, fueron los primogénitos y las personas que solo tenían un hermano menor”, complementan.
No obstante, la diferencia en rendimiento académico tiende a encontrarse en preescolares, pero en menor cantidad en estudiantes de pregrado, lo que sugiere que la brecha disminuye con la edad.
¿Tienen menos amigos?
La salud mental de las personas con y sin hermanos también ha sido materia de estudio. Sin embargo, los hallazgos no muestran grandes diferencias a nivel de ansiedad, autoestima y problemas de conducta.
Si bien durante mucho tiempo se ha sugerido que los hijos únicos tienden a sentirse solos o presentan dificultades para hacer amigos, eso fue descartado por la ciencia.
Según una investigación publicada en el Journal of Social and Personal Relationships, los hijos únicos tuvieron el mismo número de amigos que los niños de otros grupos.
Sin embargo, “los hijos únicos eran más propensos a ser victimizados y agresivos en el grupo de compañeros, lo que sugiere que tener un hermano puede ser especialmente útil para aprender a manejar los conflictos“.
Asimismo, un estudio de la Universidad del Suroeste de Ciencia y Tecnología (Sichuan, China), indicó que que quienes son hijos únicos, son mucho más creativos, , pero tienen grandes falencias en algunos aspectos de la inteligencia social, como la “amabilidad” y ser personas “agradables”.
Dejar de estigmatizarlos
Considerando los hallazgos científicos, tener hermanos no marcaría una gran diferencia en la configuración de la personalidad del niño.
“De hecho, cuando hay diferencias, parece que puede ser incluso mejor no tener hermanos“, destaca la profesora de Psicología de la Universidad de Winchester.
“A diferencia de los niños con hermanos, los hijos únicos reciben toda la atención, el amor y los recursos materiales de sus padres durante toda su vida. Siempre se ha asumido que esto trajo consecuencias negativas para esos niños porque los hacía ver como malcriados e inadaptados. Pero también se podría sugerir que la falta de competencia por los recursos de los padres puede ser una ventaja para los niños”, reflexiona.
Debido a que el número de familias que prefieren tener un solo hijo sigue aumentando, quizás es momento de dejar de estigmatizar a esos niños. “Los hijos únicos parecen estar absolutamente bien, si no mejor, que aquellos que crecen con hermanos”, concluye.
Fuente: BioBioChile