Un equipo de científicos ha cartografiado la inmensa envoltura de gas, llamada halo, que rodea a la galaxia de Andrómeda, nuestra gran vecina galáctica más cercana.
A través de un comunicado dado a conocer por la NASA a través de su sitio oficial, se indicó que esto fue posible gracias al Telescopio Espacial Hubble.
“Los científicos se sorprendieron al descubrir que este halo tenue y casi invisible de plasma difuso se extiende a 1,3 millones de años luz de la galaxia, aproximadamente a la mitad de nuestra Vía Láctea, y hasta 2 millones de años luz en algunas direcciones”, precisó la NASA.
Dicho de otro modo, el halo de Andrómeda ya está chocando con el halo de nuestra propia galaxia. Los astrónomos descubrieron además que el halo tiene una estructura en capas, con dos capas principales de gas anidadas y distintas.
Samantha Berek, co-investigadora de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, señaló que “comprender los enormes halos de gas que rodean a las galaxias es inmensamente importante”.
“Este depósito de gas contiene combustible para la futura formación de estrellas dentro de la galaxia, así como salidas de eventos como supernovas. Está lleno de pistas sobre la evolución pasada y futura de la galaxia, y finalmente podemos estudiarlo con gran detalle en nuestro vecino galáctico más cercano”, añadió.
Por su parte, el líder de la investigación, Nicolas Lehner, de la Universidad de Notre Dame en Indiana, sostuvo que “la capa interna que se extiende hasta alrededor de medio millón de años luz es mucho más compleja y dinámica”.
“La capa exterior es más suave y caliente. Esta diferencia es un resultado probable del impacto de la actividad de supernova en el disco de la galaxia que afecta más directamente al halo interno”, puntualizó.
En tanto, los investigadores descubrieron una gran cantidad de elementos pesados en el halo gaseoso de Andrómeda. “Los elementos más pesados se cuecen en el interior de las estrellas y luego se expulsan al espacio, a veces violentamente cuando una estrella muere. Luego, el halo se contamina con este material de explosiones estelares”, destacó la NASA.
Cabe destacar que mediante el programa Proyecto AMIGA (Mapa de Absorción de Gas Ionizado en Andrómeda), los investigadores examinaron la luz de 43 cuásares, los núcleos brillantes muy distantes de galaxias activas alimentadas por agujeros negros, ubicados mucho más allá de Andrómeda.
Estos cuásares se encuentran dispersos detrás del halo, lo que permite a los científicos explorar varias regiones.
“Al mirar a través del halo a la luz de los quásares, el equipo observó cómo esta luz es absorbida por el halo de Andrómeda y cómo esa absorción cambia en diferentes regiones. El inmenso halo de Andrómeda está hecho de gas ionizado y muy enrarecido que no emite radiación que sea fácilmente detectable. Por lo tanto, rastrear la absorción de luz proveniente de una fuente de fondo es la mejor manera de sondear este material”, mencionó la agencia espacial.
Fuente: BioBioChile