Emile Griffith y Bernardo ‘Benny Kid’ Paret se habían enfrentado en dos ocasiones antes de su pelea por el título mundial de Peso Wélter, el 24 de marzo de 1962. Sin embargo, ese combate entraría en la historia del boxeo por su trágico final.
Y es que Griffith, oriundo de Islas Vírgenes en Estados Unidos, acabó con la vida del cubano luego de la prejuiciosa provocación que tuvo con él en el día previo a la lucha.
El cruce de palabras en las ceremonias de pesaje previas a los combates se siguen repitiendo hasta hoy, pero aquel 23 de marzo Paret sería víctima de su propia ignorancia.
Conocedor de que Griffith había trabajado en la industria textil, elaborando sombreros para mujer, el cubano le dijo a su contrincante ante las cámaras “eres un maricón”, burlándose de él y tocándole el trasero, lo que derivó en las risas de los presentes.
Sin embargo, y de acuerdo a Infobae, lo que Paret ni el resto sabían era que Emile dudaba de su sexualidad y se rumoreaba sobre sus relaciones a escondidas con hombres.
Esa misma noche, y luego de ver lo que ocurrió en la ceremonia de pesaje, la esposa de Griffith lo dejó. “No estaba al tanto de que fueras así”, fueron las últimas palabras que le dijo antes de marcharse.
La ira ya había corrompido al estadounidense que, confesaría años después a Sports Illustrated, estaba consciente de que declarar su homosexualidad sería un “suicidio deportivo” para él.
LA PELEA
El combate en el Madison Square de Nueva York inició parejo, pero con un Griffith demostrando una potencia que impactó incluso a su entrenador, Gil Clancy, quien ya se había dado cuenta de que las provocaciones del cubano habían calado hondo en su pupilo.
En la sexta manga, sin embargo, un gancho de zurda de ‘Benny Kid’, campeón de Peso Wélter, tumbó al estadounidense, quien logró reponerse para volver a estar en pie.
“Cuando vuelvas a la pelea, quiero que no dejes de pegarle hasta que caiga sobre tu hombro o el árbitro te frene. Sigue pegando hasta que te paren”, le instruyó Clancy. Y Griffith eso hizo.
A partir del séptimo asalto, el oriundo de Islas Vírgenes no dejó de castigar a Paret, quien apenas podía defenderse de los veloces golpes de su rival.
Finalmente, en el decimosegundo round, el cubano no aguantó más. Un ataque brutal de Griffith, con 21 golpes seguidos, 10 de ellos en apenas seis segundos, fueron demasiado para ‘Benny Kid’, quien cayó desplomado a la lona.
El árbitro Rudy Goldstein, quien nunca más volvió a dirigir por la displicencia mostrada en ese combate, sentenció la victoria de Emile. Mientras, el equipo de Paret intentaba reanimarlo, aunque sin suerte.
El cubano fue traslado hasta el Roosevelt Hospital de Manhattan, donde permaneció internado en coma durante diez días. Una hemorragia cerebral masiva acabó con la vida del boxeador, que cosechó un registro de 35 victorias y 12 derrotas.
EL PERDÓN
Aquel combate marcó para siempre a Griffith, quien se mantuvo activo otros 15 años antes de anunciar su retiro de los rings.
“Nunca fui el mismo boxeador después de esa noche. Tenía miedo de lastimar. Hacía lo suficiente para ganar. Usaba jabs y no cruzaba golpes. Me hubiese retirado, pero no sabía hacer otra cosa”, confesó el estadounidense en la biografía escrita por Ron Ross en 2008 (“Nueve, diez… y fuera: Los dos mundos de Emile Griffith”).
Tres años antes, en la entrevista que dio a Sports Illustrated, Emile aseguró que “me cansé de que me llamara marica. Yo no quería matar a Paret, pero lo que me dijo me afectó”.
Pero los problemas para Griffith por su orientación sexual lo persiguieron. En 1992 fue golpeado por un grupo de jóvenes afuera de un bar gay en Nueva York, por lo que estuvo internado cuatro meses en un hospital con riesgo vital. El hecho se investigó como un crimen homofóbico, pero nunca se conoció a los responsables.
“Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Maté a un hombre, y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable”, detalló en su biografía.
“Aunque nunca fui a la cárcel, he estado en prisión casi toda mi vida”, complementó Emile, quien falleció en 2013, a los 75 años, producto de una encefalopatía causada por los golpes que recibió durante su carrera.
“Mi padre nunca quiso ofenderlo. Estoy seguro de que se lo dijo como parte de una guerra psicológica. Le dijo maricón porque sabía que Griffith era diseñador de sombreros para dama, y en el deporte se aprovecha cualquier circunstancia para tratar de sacar ventaja sobre el rival”, aseguró Benny Paret Jr., hijo del boxeador, en una entrevista con El Heraldo, que lo reunión con el verdugo de su progenitor.
“Uno no puede decir que Griffith cometió un crimen. Ellos estaban sobre el ring para ganar el título mundial. Yo no sé odiar, no guardo rencor en mi corazón”, cerró el descendiente del fallecido peleador.
REVISA LA PELEA ENTRE GRIFFITH Y PARET:
Fuente: BioBioChile