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Adolfo Torres, director del Festival Internacional de Gastronomía de Bahía Inglesa: “Nuestra ambición era ser uno de los principales eventos gastronómicos del norte de Chile”

La décima versión del Festival Gastronómico “Cocinas del Pacífico” dejó buenas impresiones, sin embargo, la realización de una siguiente versión está en duda.  ¿Cómo puede el Estado contribuir para que estas actividades se sigan realizando? 

Con una intensa semana de jornadas gastronómicas, culturales y turísticas, la décima versión del Festival Gastronómico “Cocinas del Pacífico” mostró una vez más ser una de las actividades más importantes del verano en la región de Atacama.

Aunque desde sus inicios el festival contempla la participación de distintos países, en esta oportunidad México fue el país destacado e invitado, siendo reconocido como referente mundial de gastronomía, turismo, cultura y patrimonio y representado por una comitiva de cocineras, cocineros, docentes y teóricos provenientes de los estados de Colima, Oaxaca, Guerrero y Michoacán y coordinado por la Facultad de Gastronomía y Turismo de la Universidad de Colima y el colectivo culinario “Mujeres del Fuego”.

El festival contó con más de 30 actividades entre las que destacan residencias culinarias, ciclos de arte y gastronomía, ciclos de cine y gastronomía y la Feria de productos y preparaciones en Paseo Playa Las Machas.

Esta última se llevó a cabo el sábado 24 y domingo 25 entre las 9:00 am y las 01:00 hrs en Bahía Inglesa, donde participaron más de 40 expositores con venta de alimentos, productos, ingredientes y bebidas. Adolfo Torres, su director, destacó la importancia de que sea una actividad sin costo de entrada y sostuvo que “pudimos reafirmar un concepto que queremos desarrollar más a fondo que es la ‘Mesa de Atacama‘, un compilado que viene desde las aguas del mar, la costa, los valles, y la alta zona andina de nuestra región y conformar todo el imaginario culinario que la región posee”, esto junto a las preparaciones, productos e ingredientes que van de la mano de los recetarios. Hemos ido tejiendo y estructurando este ideario en representación de Atacama, tanto para el mapa gastronómico nacional y por qué no, con resonancia en el extranjero“,

“La feria movió bastante dinero, también generó trabajo durante el fin de semana. Se consumieron muchos insumos y hubo una cuota de aporte por medio de los impuestos que provino de este evento, entonces pasamos a ser parte del desarrollo productivo y económico que el país y la región necesita”. agregó Torres.

XI versión: “No sabemos si vamos a poder continuar”

Pese a estar conforme con los resultados de la feria, Adolfo Torres, es crítico frente al rol del Estado en este tipo de actividades. Al igual que otras muchas instancias, se enfrenta a la escasez de recursos.

La posibilidad de un nuevo festival está en duda. Torres dijo que “Estamos un poco dolidos, no sabemos si vamos a poder continuar. Lamentablemente la institucionalidad cultural está al debe con la gastronomía, fue eliminada como ámbito dentro del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio” y se refirió a las complicaciones del Gobierno en el caso “Convenios”: “Nosotros no somos fundación. En 15 años de proyectos tenemos una trayectoria intachable. Nos lo pueden corroborar a través de los seguimientos que nos han hecho, de las auditorias, que me parece muy bien que ocurran. El festival no le debe una marraqueta a nadie”.

El director aseguró que están en un período difícil y que “pensábamos que después de 10 años de trayectoria podríamos lograr aportes directos, aportes destinados, pero lamentablemente han disminuido los aportes de privados”.

Así, el endeudamiento, según Torres, se vuelve el obstáculo más grande: “Es la parte más fea, no la sacamos a relucir pero me parece prudente que se le haga mención. Chile está en guerra con su cultura, desde el sector político nos han impedido poder seguir creciendo. Nuestra ambición era ser uno de los principales eventos gastronómicos del norte de Chile, pero no podemos continuar con esta precariedad. Uno ve la fiesta y todo lindo, pero internamente quedamos bastante dañados” y concluyó que la mayor problemáticas a la que se enfrenta la posibilidad de una nueva versión del festival es la inexistencia de fondos concursables para proyectos que tienen que ver con gastronomía.

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