La joven de 18 años que recién está iniciando sus estudios en filosofía y física, tuvo la oportunidad de estar entre los primeros 3 “turistas espaciales” de la historia.
El pasado 10 de agosto, la compañía aeroespacial Virgin Galactic realizó su segundo vuelo comercial tripulado por el espacio. En aquella ocasión viajaron por primera vez civiles, es decir, “turistas espaciales”, y entre ellos se encontraba Anastatia Mayers, de 18 años.
Anastatia, o “Ana”, como le dicen sus cercanos, se convirtió entonces en la mujer más joven de la historia que ha salido de la Tierra, superando a Valentina Tereshkova, de 26 años, que además de haber sido la más joven hasta ahora, fue también la primera mujer en salir a la órbita en 1963, hace 60 años.
Ana, por su parte, aún en calidad de estudiante de filosofía y física de la Universidad de Aberdeen en el Reino Unido, viajó acompañada de su madre, Keisha Schahaff (46), tras ganar un concurso organizado por la compañía, y en el viaje también participó el pasajero Jon Goodwin, de 80 años.
“Estar en el espacio y ver la Tierra con tus propios ojos es una experiencia muy pacífica y amorosa“, comentó Mayers en una entrevista con la BBC. “Toda la experiencia fue muy conectante y emotiva”, agregó.
La joven, contó que recibió la noticia mientras se encontraba en la universidad, cuando su madre le hizo una videollamada junto al mismísimo Richard Branson, dueño de Virgin Group.
“Mi madre me llamó por FaceTime a una hora realmente aleatoria esa noche y solo era mi cara en la pantalla, no se podía ver nada más. (…)Richard Branson cogió el teléfono y me quedé estupefacta”, recordó.
La experiencia de Anastatia Mayers
El primer vuelo turístico por el espacio duró aproximadamente 90 minutos a una altitud de 85 kilómetros, donde los pasajeros alcanzaron la órbita baja de la Tierra y desde allí pudieron ver la curvatura del planeta y experimentar la gravedad 0 por unos instantes.
“Recuerdo que cuando empezaron la cuenta regresiva, como decir tres minutos para el lanzamiento, un minuto para el lanzamiento, pensé: ‘Dios mío, esto realmente está sucediendo””, comentó Ana.
Asimismo, aseguró que viajar a esta altura “se siente como si estuvieras en un vuelo comercial normal, fue muy tranquilo. Es simplemente una vista increíblemente hermosa, es increíble”.
Sobre poder observar el planeta, añadió que la experiencia, “me ha hecho mucho más consciente del hecho de que necesitamos apreciar la Tierra y aprovechar esta oportunidad para explorar realmente y encontrar una conexión con la naturaleza”.
En la misma línea, manifestó que espera ser una inspiración para otras personas con grandes sueños. “Espero que les inspire a tomarse realmente a sí mismos en serio y a esforzarse y trabajar. Realmente tienes que estar abierto y preparado para que las oportunidades te encuentren”.
“Me siento muy honrada de poder inspirar a tanta gente. Definitivamente, espero que esto abra la mente de la gente, no sólo para el espacio, sino para otras cosas de la vida”, concluyó.
Fuente: biobiochile.cl