El Banco Nacional Suizo se comprometió a prestar 50.600 millones de euros a Credit Suisse, lo que parece haber restablecido parcialmente la confianza de los inversores.
Las acciones de Credit Suisse iniciaron la jornada bursátil de hoy en Zúrich al alza, con una subida del 2,8 %, pero en pocos minutos bajaron un 1,2 % con respecto al día anterior, después de la jornada de recuperación del jueves, en la que logró un ascenso del 19 % que compensó en parte el desplome del 24 % sufrido el miércoles.
Los inversores siguen atentos a la cotización del segundo mayor banco de Suiza, uno de los 20 mayores de Europa, después de que su principal accionista, el Banco Nacional Saudí, anunciara que no invertiría más en él (lo que influyó en la caída bursátil de hace dos días) y la banca nacional suiza le prestara ayuda tras ello, contribuyendo a la recuperación del jueves.
El Banco Nacional Suizo se comprometió en la madrugada del jueves a prestar 50.000 millones de francos (50.600 millones de euros) a Credit Suisse, lo que parece haber restablecido parcialmente la confianza de los inversores.
El Gobierno suizo celebró la pasada jornada una reunión con autoridades del banco central y con la comisión reguladora de valores del país (Finma) para analizar la situación complicada del banco, aunque no hizo declaraciones públicas al respecto (podría hacerlo hoy, tras su reunión regular semanal).
Los partidos de centro y derecha del país se han mostrado optimistas por la situación del banco, alegando que tiene “una crisis de confianza más que de solvencia”, mientras que la izquierda ha pedido “transparencia completa” sobre la operación de ayuda al banco, y que sus responsables rindan cuentas.
Los analistas en la prensa suiza subrayan que pese a la complicada situación del banco, no necesitará una operación de rescate estatal, como la que tuvo que realizarse en 2008 con su principal rival suizo, UBS, por su exposición a la crisis inmobiliaria estadounidense.
Entonces, a raíz de las dificultades financieras, el Gobierno suizo estableció un sistema que le obligaría a ayudar a entidades “demasiado grandes para caer” (“too big to fall” en el argot bursátil).
Fuentes: biobiochile.cl