Te Deum de Fiestas Patrias en la Catedral de Copiapó.
Como es tradición, la mañana de este domingo 18 de septiembre se celebró el Te Deum de Fiestas Patrias en la Catedral de Copiapó. Este año, presidido por el Vicario General, P. Enrique Balzán, pues el obispo, Mons. Ricardo Morales, se encuentra en Roma.
Nueva Constitución
Sin embargo, el obispo quiso enviar un mensaje por estas fiestas, el que fue leído por el p. Enrique. Este mensaje comenzó con un agradecimiento a Dios por el país y sus valores. Luego enumeró desafíos como la pobreza, la injusticia, la discriminación y la violencia y llamó a dejar de lado las diferencias para aportar al diálogo. Habló del sentido religioso de la patria. “La nueva Constitución que nos daremos como país, no puede olvidar esta premisa, desde lo más profundo del corazón, somos hermanos y hermanas que nos reconocemos hijos e hijas de un mismo Dios. No desconozcamos la identidad de nuestra patria”.
Migrantes y mujeres en las tomas
Las palabras del obispo también hicieron referencia a los “descartados”. “Me gustaría solo mencionar dos, que desde nuestro trabajo como obispado descubrimos. Los migrantes y las mujeres en las tomas”.
Sobre la migración, mencionó la dura realidad de las familias extranjeras, y señaló que “la nueva ley de migraciones, en vez de ayudar, ha hecho cada vez más difícil regularizar la permanencia legal de quien llega a Chile buscando refugio y comida, son niños, mujeres, ancianos, que no encuentran en nuestra patria esa acogida que esperaban”, pidiendo “humildemente a quienes puedan hacer algo para mejorar la ley y los procedimientos que se refieren a migración, que por favor lo hagan”.
Habló de las mujeres, especialmente en las tomas, “que deben lidiar con precarias condiciones de vida para su familia”, que muchas veces viven situaciones de violencia, falta de oportunidades y precariedad. “¿dónde estamos para acompañar y proteger?”, preguntó.
Servicio público
En la parte final del mensaje, don Ricardo escribió: “Conozco a las autoridades de nuestra región y sé que se mueven por un genuino servicio al país y a los más pobres, y que con sacrificio postergan a sus familias por la entrega en el servicio público”, e invitó a todos a ponerse al servicio de los pequeños y sencillos, confiando estas intenciones a la intercesión de la Virgen María.
En el ofertorio, el Gobernador Regional, Miguel Vargas Correa, llevó al altar una bandera chilena, simbolizando el amor por la patria y el compromiso en el servicio público. Una religiosa, la Hna. Rocío Verano, y una laica, Elisángela Bassi, llevaron el pan y el vino hasta el altar.
La misa fue celebrada con los cantos de la agrupación folclórica Chañarcillo. Al final de la celebración, interpretaron los tradicionales tres pies de cueca. Con esto, las autoridades presentes se animaron y salieron a bailar la danza nacional.