La abogada chilena Karinna Fernández, será una de las protagonistas en el juicio contra Bolivia que comenzará este jueves en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por la desaparición del joven político Juan Carlos Flores Bedregal, en 1980.
Este jueves la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) abrirá el juicio contra Bolivia por la desaparición de Juan Carlos Flores Bedregal, donde una chilena será protagonista.
Se trata de la abogada de Derechos Humanos, Karinna Fernández, quien será la encargada de representar a la familia de la víctima ante la CIDH, junto al abogado boliviano, Rafael Subieta.
Recordemos además que la CIDH reanudará sus audiencias presenciales con este caso, en donde además debutará entre sus jueces la exministra de Justicia del primer gobierno de Sebastián Piñera, Patricia Pérez Goldberg.
Cabe destacar que el Estado Boliviano fue llevado ante este último tribunal por la desaparición forzada de Juan Carlos Flores Bedregal, un dirigente político cuyo rastro se perdió en julio de 1980 durante la denominada “narcodictadura” de Luis García Meza.
Hasta la fecha su familia vive en la incertidumbre si su hermano está vivo o yace en algún lugar sepultado, en medio del secretismo del Estado, que se ha negado a entregar información acabada.
Los militares tampoco han prestado colaboración dando acceso a los archivos que permitan terminar con peregrinación de sus hermanas por los distintos tribunales bolivianos, y que ahora buscan justicia y reparación en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La desaparición de Juan Carlos Flores Bedregal
Según relata Karinna Fernández a BioBioChile, el caso inició tras la desaparición de Juan Carlos Flores Bedregal, el diputado más joven que ha conocido la historia de Bolivia.
La víctima tenía 27 años al momento de su desaparición.
Su rastro se perdió durante la toma de la Central Obrera Boliviana, el mismo día que Meza dio el Golpe de Estado.
En ese lugar, jóvenes políticos se reunieron para defender la democracia, pese a que la mayoría de ellos, como Flores Bedregal, no conocían mucho en qué consistía.
De hecho, a su corta edad, él no había conocido muchos procesos democráticos en Bolivia, salvo el que estaba defendiendo ese 17 de julio de 1980.
Ese día, el recinto donde se reunieron con otros parlamentarios fue asaltado por las fuerzas militares, hecho en donde se perdió su rastro.
Lamentablemente sus padres murieron sin tener noticias de su hijo, al igual que una de sus hermanas que falleció durante el proceso de búsqueda de la verdad, hace seis años.
Pero lejos de amilanarse, sus hermanas han levantado una campaña durante estos años buscando justicia y reparación, que no ha tenido respuestas positivas por parte de las autoridades.
“Quizá lo más violento de estos años de búsqueda ha sido el negacionismo continuo de un país que no ha establecido un mecanismo apropiado a la idea de no repetición y de garantía en materia de justicia transicional”, sostuvo Fernández.
“Tal vez eso explica que Bolivia destaca entre los países que no ha adoptado medida alguna en este sentido, y por eso de muchas formas se justifican las continuas fórmulas de repetición que hemos visto en ese país”, agrega.
Otro de los aspectos más profundos que afectan a estas familias, tiene que ver con el acceso a la información, que precisamente es uno de los puntos que se está planteando en este caso ante la CIDH.
“Lo que nosotros estamos sosteniendo en este juicio, es que justamente impacta el derecho al acceso a la información de todos los habitantes de un país, y de cierta forma también de nuestra región, cuando no se tiene acceso a los archivos militares”, sostiene.
Bolivia no cuenta con una ley apropiada en materia de transparencia, donde incluso existen normas específicas respecto a las fuerzas armadas, que impiden a las personas acceder a información.
La complicidad de gobiernos de izquierda con los militares
Pese al paso de los años y con varios gobiernos de izquierda en el poder, las Fuerzas Armadas bolivianas se han negado sistemáticamente a desclasificar sus archivos que permitan saber qué sucedió con Flores Bedregal.
De esta forma, según acusa la familia, se han hecho cómplices, tanto los gobiernos como los altos mandos militares, en perpetuar su desaparición.
Así lo señala su hermana, Olga Flores Berdegal, quien en contacto exclusivo con BioBioChile asegura que “lo que nosotros hemos pedido, más que justicia, es que nos entreguen a Carlos Flores que está secuestrado desde el 17 de julio de 1980, en el Estado Mayor del Ejército”.
“La ausencia de justicia es el secuestro permanente que mantiene el Estado Boliviano con todos sus órganos. Están coludidos las Fuerzas Armadas, la policía, el Poder Judicial, el Ejecutivo y el Parlamento, en esconder qué es lo que ha pasado con Carlos Flores”, agrega.
Su hermano Juan Carlos entró a estudiar Medicina a la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en La Paz, a los 17 años. Sin embargo, su principal interés fue siempre la política, por lo que rápidamente comenzó a construir su partido en alianza con sectores campesinos.
En ese sentido, Olga Flores afirma que se han mantenido firmes en la profunda convicción de que él era un político necesario para Bolivia.
“Después de haber visto tanto sus correligionarios, las fuerzas de izquierda que han entrado al gobierno y se han corrompido y han corrompido toda la política, nos queda muy claro que hace falta personas con la integridad moral de Juan Carlos Flores Bedregal”, asegura.
La peregrinación de las hermanas Flores Bedregal
Junto a sus hermanas, han realizado una peregrinación por los tribunales de justicia y el Gobierno, buscando saber qué pasó con su hermano.
“En Bolivia se dice no hay a quién quejarse porque realmente es un Estado delincuencial que no solo no cumple la ley, sino que profesamente obra con dolo”, acusa Flores.
Sin embargo, lo más complejo fue haber confiado en políticos de izquierda, como el presidente Evo Morales, quien no incluyó en nada para conseguir saber el destino de Juan Carlos Flores Bedregal.
“Cuando asumió el gobierno de Evo Morales, nosotros pensábamos que la deuda que tenía la democracia con nuestros familiares, iba a ser saldada. Y todo fue una gran mentira porque realmente fue cuanto más nos han hecho la guerra y han encubierto el delito de desaparición”, acusa.
“Los primeros a los que han subido el sueldo ha sido a los militares, Morales les ha dado una condición de privilegio que no ha dado ningún gobierno de la democracia en este país”, agrega.
A su juicio, esta decisión del exmandatario fue porque detrás de los hilos del poder durante la dictadura de García Meza, estaban los denominados “coroneles de la cocaína”, que eran precisamente los militares que asumieron el control de la denominada “cosa nostra” de Bolivia.
“Evo Morales fue presidente de Bolivia no porque es campesino, porque si hubiera sido un cultivador de patatas, no hubiera tenido el éxito. Lo que tiene que es de los cocaleros, que producen la materia básica para la cocaína, y el poder económico es poder político”, critica.
“Vamos a triunfar, más temprano que tarde”
“Se ha creado un clientelismo de gente a quienes se les da bono para comprar el voto. Bolivia es un país secuestrado por el narcopoder y eso lo hemos evidenciado nosotros como familiares de verdaderos luchadores sociales”, lamenta Flores.
Incluso, acusó a las organizaciones de familiares de víctimas de la dictadura de haberse coludido con los gobernantes de turno.
“Nosotros somos fundadoras de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional y esta misma organización se ha puesto a lavar los trapos sucios del régimen diciendo que se han desclasificados los archivos del Estado mayor, cosa falsa”.
Pese a todo, Olga Flores se muestra esperanzada en saber qué pasó con su hermano desaparecido hace 42 años.
“Nosotros somos optimistas, creemos que ha llegado el momento de la verdad y de ver con esperanza que va a haber un cambio si nosotros nos mantenemos en la lucha por la verdad y justicia”, asegura.
“La fuerza nuestra, es la fuerza moral, y eso es lo que siempre triunfa en la historia. Esa es nuestra seguridad, de que vamos a triunfar, más temprano que tarde, como decía Salvador Allende”, concluye.
Fuente: BioBioChile