Carlos Araya Avalos, Administrador de la Comunidad de Aguas Subterráneas afirma que “deberíamos haber solucionado el problema un año atrás, a lo menos”.
El Embalse Lautaro, construido en 1930, tiene por objetivo asegurar el abastecimiento de agua para las comunas de Tierra Amarilla y Copiapó. Además, busca eliminar posibles inundaciones luego de grandes precipitaciones, siendo la única obra de riego y regulación que existe en la zona del valle Copiapó.
Hoy, la situación del Tranque es crítica: se encuentra a 0% de su capacidad.
La Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes (JVRC), quienes de acuerdo a su misión buscan “vigilar que la captación de las aguas se haga por medio de las obras adecuadas y en general tomar medidas que tiendan al goce completo y la correcta distribución de los derechos de aprovechamiento de aguas sometidas a su control”, se refiere a la situación aludiendo a los efectos de los fenómenos naturales que han ocurrido en los últimos años.
“La consideración de estas organizaciones como personas jurídicas es de especial relevancia, pues reconoce que su existencia es independiente de las personas que la integran. Por sus estatutos la JVRC solo administra lo referentes a aguas superficiales, es decir aguas que fluyen visibles por el cauce del río y se encuentra imposibilitada de la administración de las aguas de pozo y del agua potable”, Junta de Vigilancia del Río Copiapó.
La obra construida por la Dirección de Riego es capaz de retener las crecidas y aluviones provenientes de los sectores cordilleranos, sin embargo, de acuerdo a la JVRC el embalse “actualmente posee una capacidad de 22 millones de m3, lo que refleja que con el paso de los años ha ido perdiendo su capacidad de almacenamiento debido a que ha tenido que soportar durante el paso de los años grandes aluviones”.
“Esta pérdida de capacidad de acumulación también supone que en un futuro próximo el embalse también perderá su capacidad de retener las grandes inundaciones como las producidas durante el año 2015 que hubiesen sido aun más catastróficas de no ser por la existencia del Embalse Lautaro”, se agrega desde la JVRC.
Al respecto, desde la Comunidad de Aguas Subterráneas (CASUB) se denuncian malas gestiones por parte de la Junta de Vigilancia. Carlos Araya Avalos, administrador de la CASUB, explica que “nos percatamos en octubre que la JVRC estaba haciendo un mal uso de la poca agua embalsada que quedó después del invierno, con algunos problemas de infraestructura de conducción del río. Se le hizo saber tanto al gerente general, a quien pedimos su renuncia hace poco, como al directorio que el río tenía problemas de limpieza y mantención”.
“Ellos contaron que le habían solicitado los permisos a la Dirección General de Aguas (DGA) y a la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) pero que se los habían negado. Nosotros hicimos las consultas a través de transparencia y la Junta no había hecho ninguna consulta, ni extraoficial ni oficial. El desperdicio de la buena gestión de recursos hídricos y del embalse más allá de un tema de clima, de la condición de sequía, es responsabilidad de la Junta de Vigilancia”, añade el administrador de la CASUB.
…
En cuanto a la situación del tranque, la JVCR sostiene que “actualmente el Embalse se encuentra a 0% de su capacidad, no se encuentra embalsando agua, en consecuencia, el agua que se entrega en reparto es aquella que se conduce directamente a través del Embalse. El reparto está en 90 l/s por cada uno de los nueve distritos de riego”.
Además de lo anterior, según la JVRC la pérdida en la capacidad de la obra se podría atribuir a una alta condición de permeabilidad, por estar ubicada en una zona de grava y arena. La JVRC explica que esto “genera que la mitad del agua que ingresa no se pueda gestionar y disponer de ella a través de los repartos de agua, en un escenario optimista con un embalse impermeabilizado hubiéramos acumulado agua por lo menos para 3 temporadas y no solo para una como fue este periodo”.
Sin embargo, para la CASUB se trata de algo más. Araya explica que “vienen 800 litros que ellos (la JVRC) hacen salir inmediatamente por la válvula del tranque. La puerta como recuperación del río Copiapó debe tener alrededor de 500 litros. Ahí tendrías 1.300 litros, pero en la puerta no aparecen ni si quiera 700 litros. Entonces nosotros nos preguntamos dónde están los 500 litros después de repartir en la parte alta, en los primeros dos distritos. ¿Se está perdiendo? ¿Se está evaporando? ¿O lo están ocupando otras personas? Porque la fiscalización que le pedimos a la DGA a la Junta hay varias cosas que ellos todavía dicen estar haciendo”.
Mientras que la JVRC concentra sus esfuerzos en el “Estudio del mantenimiento y reparación de la zona inundable Embalse Lautaro”, que busca, según la misma Junta, “definir la solución de ingeniería óptima para reparar y mantener la capacidad de metros cúbicos para la temporada de riego, mediante la aplicación de un o una combinación de liner sobre el fondo del embalse y realizando las reparaciones que se requieran para la mejor operación de este”, la CASUB insiste en la importancia del rol fiscalizador de la DGA.
“Deberíamos haber solucionado el problema un año atrás, a lo menos”, Carlos Araya, administrador de la Comunidad de Aguas Subterráneas.
Carlos Araya asegura que “nosotros no estamos diciendo que a la parte baja le regalen agua o que le den más de lo que les corresponde, sino que hagan un reparto a derecho, a lo cual la DGA ha hecho caso omiso. Nosotros fuimos a contraloría y le están pidiendo explicaciones a la DGA. Gran parte de la responsabilidad de que el Embalse Lautaro se haya secado es por la mala gestión y la mala administración tanto del gerente general, quien es el repartidor general de agua, de quien pedimos su renuncia, como del directorio antiguo y el que está elegido hoy”.
“Esta es una investigación que sigue en curso y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Si nosotros tenemos que ir hasta la Corte Suprema, como organización tanto de agua subterránea de la parte baja como titulares de derecho, con más de 120 acciones sobre el río Copiapó, y en convenio con casi 300 acciones que tenemos, lo haremos”, finalizó el administrador de la Comunidad de Aguas Subterráneas.
Imagen: Verónica Rivera