La mayoría de las causas de parálisis facial se deben a enfermedades nerviosas periféricas, pero también puede ser provocada por lesiones en el sistema nervioso central. Sin embargo, existen tratamientos y procedimientos quirúrgicos que permiten mejorar la vida de aquellos que sufren de esta privación de movimiento en el rostro.
La parálisis facial es la pérdida total o parcial de movimiento muscular voluntario en un lado de la cara, como cerrar un ojo, elevar las cejas o sonreír. Así se define esta condición que pueden padecer tanto jóvenes como adultos y que se manifiesta generalmente de manera repentina debido a un trauma cerebral o una patología del nervio facial, que afecta tanto a los músculos de la cara como también al autoestima de quienes sufren de esta consecuencia.
No obstante, existen tratamientos y cirugías especiales, para aquellas personas que padecen de esto, que les permitirán recuperar la movilidad facial y por qué no, sus vidas.
Los procedimientos para tratar la parálisis facial, son unos de los grandes desafíos para la Cirugía Plástica. Existen 17 músculos en cada lado de la cara, que son los que se encargan de dar la expresión facial. La alteración de su función determina distintos grados de parálisis facial y por ende alteración de la expresión del rostro.
Este tipo de procedimientos quirúrgicos es un área de la cirugía plástica, conocida como cirugía reconstructiva o reparadora. Aún así, siempre hay un componente estético a obtener en estos procedimientos. Ejemplos de tales alteraciones tratadas en la práctica incluyen la reconstrucción después quemaduras, cáncer de piel, o tejidos blandos, cicatrices anormales, fracturas faciales y también corregir alteraciones del desarrollo como el labio fisurado.
“La cirugía plástica reconstructiva es un espectro bastante amplio, ya que comprende a múltiples técnicas quirúrgicas que permiten restituir un tejido corporal para devolver la funcionalidad normal de un área corporal, siempre teniendo en cuenta la visión estética de los tratamientos”, Comenta el presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP), el Dr. Claudio Thomas.
Los objetivos principales consisten en que los pacientes puedan cerrar nuevamente el párpado afectado para evitar daño ocular, hablar con normalidad, sonreír, beber y comer de forma normal y por supuesto sentir confianza en su imagen corporal al tener una mejoría en la simetría facial. Existen diferentes tipos de tratamiento que se usarán dependiendo del tipo de lesión.
Uno consiste en movilizar (transposición) un músculo o parte de este para unirlo a las zonas paralizadas y lograr movilidad y simetría en estas, también se efectúan colgajos musculares libres mediante microcirugía. La otra técnica, también mediante microcirugía, es realizar reparación de la lesión aguda del nervio por trauma o en forma diferida injertos al nervio facial, lo que permite recuperar su función. Las técnicas de microcirugías son más complejas y requieren de un entrenamiento específico del cirujano plástico que las efectúe.
“La elección de la técnica que se empleará va a depender de muchos factores. Estos van desde la edad del paciente, hasta la causa u origen de la parálisis facial; si se han realizado otras intervenciones faciales y el mismo estado de la persona que requiera de este tipo de procedimiento. Todo cirujano plástico acreditado y posibilitado para realizar intervenciones de este tipo tendrá en cuenta cada uno de estos parámetros antes de someter al paciente a cualquier operación”, complementa el timonel de la SCCP.
Siempre es importante que el paciente que requiera de un tratamiento de Cirugía Plástica acuda a un profesional certificado en esta especialidad (ver el listado de prestadores individuales en La Superintendencia de Salud) y que el centro clínico esté autorizado por la SEREMI de salud correspondiente. De esa forma se establece el triángulo de seguridad que la SCCP promueve: paciente informado, cirujano plástico certificado y centro clínico autorizado.