El cierre de las centrales termoeléctricas a carbón es uno de los pasos que se están tomando para fomentar el uso de energías renovables en el país. Una noticia que, si bien a muchos alegra, también ha despertado algunas inquietudes sobre si esto afectaría el consumo eléctrico de la población, provocando alzas de precio o incluso escasez eléctrica. No obstante, expertos y autoridades aseguran que estas medidas son beneficiosas tanto para el medioambiente como para el bolsillo de las personas.
Esta semana, como parte del ambicioso plan del gobierno de convertir Chile en un país carbono neutral para el 2050, las centrales termoeléctricas de carbón Ventanas, en Puchuncaví, y Bocamina I, en Coronel, cerraron sus operaciones.
Si bien estas son excelentes noticias para muchos, hay quienes se preguntan si esto afectará al gasto eléctrico de la población, provocando alzas de precios o incluso escasez eléctrica.
Al respecto, el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, aclaró a BioBioChile que, además de tener beneficios para el medioambiente, el cierre de las centrales a carbón y su reemplazo por energías renovables permitirá en el tiempo el efecto contrario a lo pensado: una reducción de las tarifas eléctricas para los clientes.
“Estamos haciendo una transición bien estudiada que tiene como foco principal los beneficios para las personas. Mientras vamos cerrando las centrales a carbón vamos aumentando la participación de las energías renovables que, además de ser limpias, son más baratas”, agregó.
Rodrigo Palma, doctor en Ingeniería y director del Centro de Energía de la Universidad de Chile, explicó que, según las simulaciones realizadas en función del plan de retiro de las termoeléctricas a carbón, no debería haber ningún efecto en la confiabilidad del sistema. Es decir, la capacidad de abastecer la demanda y de responder frente a fallas o contingencia.
Según explica: “hoy en día la demanda del sistema son 10 mil megawatts, y las máquinas que tenemos instaladas son 26 mil, por lo tanto si de eso salen 1,7, que significaría que quedarían 24,3 por poner un número, seguimos con una capacidad instalada que puede hacer frente a esto”. No obstante, también aclara que esto es en base al plan de descarbonización actual.
“Otra cosa es lo que se está discutiendo en el Senado de la descarbonización acelerada y quizás ahí hay que ser un poco más cuidadoso”, advirtió.
El reemplazo de la energía a carbón
Según los datos del Centro de Energía de la Universidad de Chile, a nivel energía país el carbón representa un 21% de la energía primaria. A nivel eléctrico, en 2019, este produjo el 35% de la energía para electricidad. Por su parte, las termoeléctricas (incluidas las a carbón pero sumando el gas natural y el diésel) en 2019 aportaron el 55%.
“Si el 55% se produjo con energía térmica, el otro 45% se produjo con energía renovable. Y eso significa energía eólica, energía solar, energía hidráulica, biomasa y geotérmica. Entonces estamos medios mitad-mitad”, señaló Palma respecto a cómo está distribuida la producción energética en el país.
En cuanto a los niveles de energía renovable que se requieren para compensar la salida de termoeléctricas del carbón, el doctor en Ingeniería explicó que eso es algo que varía y lo graficó a través del siguiente ejemplo:
“Durante el año 2000, Ventanas 1 generó solamente el 10% de su capacidad, mientras que una planta de energía solar generó 2,5 veces lo producido por la hidroeléctrica. Por el otro lado, Ventanas 2, que también anunció su retiro, generó el 50% de su capacidad. En ese caso tú podrías decir que si sacas una central tipo Ventanas 2 necesitas el doble de capacidad en central solar para poder dar la misma energía. Entonces energéticamente uno tiene que hacer los cálculos”.
Para Palma, lo más importante es convertir las centrales que se retiren en opciones de alto valor para la transformación energética. “Batería Carnot, Desalación, producción de hidrógeno, dejarlas como aporte a la seguridad, entre otros”.
El Chile renovable
Consultado sobre el futuro de las energías en Chile, Palma se mantiene optimista, afirmando que hoy en día todo indica que los próximos años veremos un aumento en el uso y la producción de energías renovables.
“El mundo cambió. En los últimos 10 años ha habido un desarrollo impresionante, junto con todos los cambios que también hemos introducido en términos normativos, permitiendo ver este escenario maravilloso de transición a energía solar” manifestó.
Y agrega: “El costo de producir con energía solar hace 10 años era, mas o menos, 8 veces lo que cuesta hacerlo hoy día. Esta masificación de la energía solar y los avances en la tecnología y en los modelos de negocio, muestra que hoy día de las renovables están tomando fuerza y sus precios son más competitivos que los de los combustibles fósiles”.
El plan del gobierno contempla cerrar 11 centrales a carbón antes de 2024.
Fuente: BioBioChile