El Presidente Piñera pierde a su tercer ministro del Interior luego de la séptima acusación constitucional que impulsa la oposición contra este gobierno. Libelo fue aprobado ayer en la Cámara. Y si bien aún debe pasar por el Senado, Pérez sorprendió al optar por dejar el cargo, algo que ya había intentado hace algunos días. Ahora el Mandatario baraja opciones para su reemplazo.
La discusión comenzó a subir de tono y el Presidente Sebastián Piñera estaba molesto. Al Mandatario no le había caído bien, y así se lo hizo saber al hasta este martes ministro del Interior, Víctor Pérez, los argumentos planteados por los abogados que lo representaban ante la acusación constitucional, la séptima que impulsa la centroizquierda contra autoridades de esta administración.
La escena ocurrió el 23 de octubre. Y Piñera le criticaba a Pérez que en el escrito de contestación se haya esgrimido que, bajo estado de catástrofe, Carabineros no depende de Interior, sino que de Defensa. Hasta ahí la historia es conocida. Sin embargo, en esa misma oportunidad, en medio de la acalorada discusión, Pérez manifestó sus intenciones de renunciar. Piñera le dijo que no.
Esa fue la primera vez que el exsenador UDI transmitió sus intenciones de dejar la jefatura de gabinete. Hasta antes de eso, desde su entorno, el comité político y distintos asesores decían que no iba a dimitir, que su personalidad era combativa y que no tenía “otras aspiraciones políticas”, por lo que estaba dispuesto a asumir el costo de ser destituido.
Pero desde el impasse con la defensa, si bien en La Moneda insistían en que el exlegislador iba a mantenerse hasta el final, la posibilidad de dar un paso al costado comenzó a ser una alternativa que Pérez le planteó a Piñera. Y lo hizo en más de una ocasión. Eso lo conversó con su círculo más íntimo y con dirigentes UDI, entre ellos, el senador Claudio Alvarado, decisión que finalmente concretó el martes de una manera sorpresiva para una mayoría en el gobierno y también para la oposición.
El tema comenzó a pensarse en serio, dicen en Palacio, sobre todo porque las posibilidades de sortear la acusación en la Cámara comenzaron a volverse inviables. De hecho, los pronósticos se hicieron realidad y el martes se aprobó con 80 votos favorables, 74 en contra y una abstención.
Pero más allá de eso, el Mandatario insistía en que Pérez no tenía que dar un paso al costado por varias razones, entre ellas, porque sería una señal de capitulación y porque implicaría “regalarle” a la oposición el incentivo de que para la próxima solo necesitaría avanzar en la Cámara para derribar a otro ministro.
Asimismo, en las últimas horas Pérez le había transmitido a sus pares del gabinete que no daría un paso al costado. También lo dijo en una reunión el lunes con los jefes de bancada de Chile Vamos. “Voy a llegar hasta el final”, sostuvo en la oportunidad, según varios de los presentes.
El martes en la mañana, además, el ahora exjefe de gabinete tuvo una reunión con el comité político, el canciller y el titular de Defensa, instancia en la que le entregaron su apoyo y él no mencionó ninguna palabra sobre una posible dimisión. En La Moneda insistían en que si bien la opción de una renuncia estaba sobre la mesa, Pérez había dicho que no lo haría. Nueve horas más tarde el escenario cambió. “Acabo de hablar con el Presidente Sebastián Piñera y le hice llegar mi renuncia al cargo de ministro del Interior, puesto que no estoy dispuesto a que, a través de mi persona, se dañe al gobierno”, dijo Pérez, pasadas las 16.00, en la sede del Congreso en Valparaíso, para anunciar su salida. Y agregó: “Voy a ir al Senado como ciudadano sin que el Presidente tenga obstáculos en todo lo que es esa concurrencia. Para mí es imposible aceptar que el Presidente esté seis, siete u ocho días sin ministro del Interior”.
Previo a sus declaraciones, en la sala de la Segpres en el Congreso y tras la votación de la acusación, Pérez llamó por teléfono a Piñera. En ese diálogo, que se extendió por unos minutos, el ahora exministro le insistió al Mandatario que lo mejor era dar un paso al costado y que renunciaba de manera definitiva, un planteamiento que ya había hecho el lunes, pero que el jefe de Estado le había reiterado que no era conveniente. Esta vez, Piñera -quien, según afirman en Palacio, se sorprendió por el momento de la renuncia- accedió.
La salida Pérez tomó por sorpresa a la mayoría del gabinete. Alcanzó a estar solo 98 días como ministro del Interior, siendo el tercer jefe de gabinete en esta administración y obligando a Piñera a iniciar la búsqueda de su reemplazante. De hecho, el Jefe de Estado, al no tener un diseño claro, tuvo que nombrar como titular del Interior interino al subsecretario Juan Francisco Galli.
Entre los nombres que suenan para el reemplazo de Pérez está el actual ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, quien ha estado en carpeta en varias oportunidades; su par de Obras Públicas, Alfredo Moreno, y el titular de la Segegob, Jaime Bellolio; además del alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado. Como sea, en Palacio decían que Piñera no estaba molesto. De hecho, recibió el martes en La Moneda a Pérez y le dedicó algunas palabras de agradecimiento.
Desde la UDI transmiten en privado que el reemplazo debiera ser alguien UDI, salvo -agregan- que Piñera busque realizar un cambio más amplio en el gabinete. Justamente, al Jefe de Estado y al Ejecutivo se le abren ahora un complejo escenario tanto para definir al nuevo titular del Interior -un tema que en designaciones anteriores le ha traído más de una dificultad- como para ver cómo continuar este gobierno. De hecho, el Mandatario también tiene contemplado un ajuste de subsecretarios en los próximos días pensando en la salida de quienes buscan ser candidatos parlamentarios o constituyentes.
Fuente: LaTercera