Con el lanzamiento de la plataforma virtual “Mujeres en el Circo” se acaba de inaugurar una web que tiene por objetivo “rescatar y relevar el rol de la mujer” en la génesis y desarrollo de este arte escénico en Chile, según precisa Macarena Simonetti, antropóloga, gestora cultural y enamorada del circo, responsable de este sitio junto a Ébana Garín, actriz, trapecista, bailarina y performer.
Una tarea no menor porque, como Simonetti afirma, “nace en tiempos feministas como una forma de reivindicar a todas las voces invisibilizadas que han tenido un rol fundamental en la historia”.
La plataforma -que incluirá cápsulas, entrevistas y textos teóricos, entre otros materiales- es la última etapa de una investigación que se basó en testimonios, lecturas, búsquedas bibliográficas y análisis de diversos documentos y situaciones de la vida en el circo.
Un material que se completó con un conjunto de “problematizaciones” que las investigadoras se plantearon, dotando de un sentido crítico a una iniciativa que se formuló “desde una perspectiva histórica y de género”, para ofrecer una mirada sobre la mujer circense “como artista, gestora, madre, compañera y trabajadora”, dice Macarena Simonetti.
Imágenes y realidades
(P): ¿Qué encontraron al buscar a la mujer en el circo?
(R): “Más que una búsqueda, fueron hallazgos que nos mostraron cosas que se ponen en tensión, por ejemplo, la imagen que se ha constituido desde distintas disciplinas sobre la mujer en el circo y la imagen que las propias mujeres del circo tienen de si misma y de su quehacer.
“Se ha hablado de las mujeres en el circo como seres muy femeninos, erotizados y delicados… pero ellas son fortalezas muy concretas. Han sido un pilar fundamental del circo y su historia.
“Cumplen muchas funciones en la familia y en la actividad laboral. En el circo hay una distribución del trabajo más paritaria, la definición de roles se hace desde otras lógicas: todas las manos sirven. Uno descubre que todo es mucho más natural y sencillo que cualquier lectura que se haga desde afuera”.
(P): Me imagino que los testimonios han sido lo fundamental en la investigación…
(R): “Conversamos con las hermanas Teresa y Ester Pavez, Minerva Montecinos, Gladys Henríquez y con parientes de Margarita Valenzuela y Grimilda Olave, entre otras circenses.
“Hemos sido muy cautas en poner a disposición de los visitantes de la plataforma esta información, queremos que cada cual saque sus conclusiones”.
Géneros y roles
(P): Se critica que la historia se haya construido desde lo masculino… ¿ahora será sólo desde lo femenino?
(R): “En general, el circo ha sido poco documentado y lo que hay no ha puesto la mirada en las mujeres, al menos desde una perspectiva de género.
“Tener una perspectiva de género es entender que hay ciertas relaciones que se articulan desde la construcción simbólica de los géneros. No es hablar sólo de lo femenino.
“La sociedad le asigna roles a los diferentes géneros, así ha sido no sólo respecto del circo, sino también en la historia del arte.
“Cada uno de esos contextos muestra cómo y por qué se ha ido construyendo la historia de una determinada forma y cómo es bueno mirar ahora desde otros lados.
“Las informaciones que recogimos las fuimos encontrando durante la investigación: testimonios de personas que vivieron esa experiencia”.
Entornos diversos
(P): ¿Qué aspectos relevantes destacas de la época investigada?
(R): “Nos dedicamos a las mujeres del comienzo del siglo XX, lo que nos permitió tener una perspectiva histórica y testimonios que podrían perderse.
“En realidad, no fue fácil encontrar a estas mujeres circenses… A eso se agrega que en Chile la investigación no es muy valorada. Se recelaba que hubiese interés en documentar sus historias o se creía que era un reportaje de TV… Hasta que se entendió nuestro objetivo”.
(P): Al recoger testimonios personales se dibuja también el entorno…
(R): “Sí, se recuerda cómo era la vida en Chile hace 100 años, los cambios en tecnología, transporte, calidad de vida. También se recupera el ejercicio perdido de la conversación, darle tiempo al escucharse…
“Y permite conectarse con las personas mayores, los ancestros. En el circo el valor de la familia no es nominal: existe una convivencia permanente entre las familias, hay un estar muy cerca físicamente con los mayores, hay hábitos de diálogo y de convivencia.
“La gente del circo de tradición familiar entiende que lo que hace es herencia de sus ancestros. Es cierto que mucha gente joven se ha ido en busca de mejores contratos y condiciones laborales, pero todavía el circo es una estructura familiar”.
Riesgos y alegrías
(P): El circo siempre se ha publicitado destacando el cuerpo de sus mujeres…
(R): “La imagen construida desde afuera puede ser un problema… pero para la mujer del circo no lo es: el vestuario que usan es por la comodidad para trabajar. Hace un siglo, las mujeres de a pie tenían prohibido ese vestuario, pero las del circo cultivaban su físico, un derecho que el circo rescata. Además, fueron las primeras mujeres con sueldo propio para vivir”.
(P): Por necesidad, hay también una vida muy cooperativa…
“Sí, nos contaban que se utilizaban lo que llamaban sus camarines, pequeñas carpitas de campaña eran sus casas. La del circo es una actividad con riesgos y peligros intrínsecos, como trabajar en altura, algo que le atrae al espectador.
“Tenían claro que era un sacrificio, pero no les pesaba ya que estaban compensadas con la vida libre, conocer lugares, estar cerca de sus hijos. Todas estas mujeres, hoy mayores, están sanas y lúcidas, lo que habla de una vida de consecuencia y felicidad”.
Fuente: BioBioChile