Gendarmería confirmó el uso de teléfonos celulares al interior de algunos establecimientos penitenciarios, para que los internos realicen videollamadas con sus familiares, debido a la suspensión de visitas presenciales como medida de prevención ante el Covid-19.
Según indicaron desde la institución a BioBioChile, se trata de un sistema que se implementó en al menos siete cárceles, aunque sólo como una medida excepcional, debido a que por reglamento estos aparatos están prohibidos dentro de las cárceles.
“Los dispositivos móviles son recepcionados bajo sistema de encomiendas y se utilizan única y exclusivamente para realizar videollamada entre el privado de libertad y su pariente; siempre custodiado por nuestro personal. Al finalizar el contacto virtual, el equipo es guardado por un funcionario”, señalaron desde Gendarmería.
De acuerdo a la misma fuente, este último sistema está disponible en el CCP Bío Bío, CPF La Araucanía, CDP Pitrufquén, CDP Angol, CCP Molina, CP Valdivia y CDP Santiago 1.
Internas de San Miguel piden celulares para hablar con sus hijos
La autorización para usar celulares es una de las principales peticiones de la población penal, especialmente ante el aislamiento como medida de prevención para evitar contagios por coronavirus.
Y pese a que las unidades penales cuentan con teléfonos públicos, los internos acusan que hay pocos de estos aparatos para la cantidad de reclusos, a lo que se sumaría el costo de una llamada que además está siendo grabada.
No obstante, quienes más sienten la falta de comunicación, son las internas del Centro Penitenciario Femenino de San Miguel.
En contacto con BioBioChile, una de mujeres que se encuentra en prisión preventina, Ada Soto Mena, asegura que esta inquietud se la plantearon a las autoridades del penal, sin que hasta el momento hayan podido lograr una respuesta positiva.
“Nosotros estamos molestas y sentidas, porque tratamos de conversar a la jefa de unidad para que existiera la posibilidad que nosotras también pudiéramos tener ese beneficio, pero no nos dio respuesta pese a que en las cárceles de hombres si lo tienen”, relató.
“Yo creo que una mamá es mucho más importante, no es por discriminar, pero yo misma otras veces que he hecho “cana”, si me siento mal o tengo una aflicción, lo primero que uno piensa en querer hablar o ver a su mamá, y yo creo que a los hijos de nosotras les debe pasar lo mismo”, señala.
“Obviamente los extrañamos, yo creo que esto sería más soportable si pudiéramos tener comunicación constante y sin que sea una falta o una ilegalidad. En estos momentos a nosotros lo que más nos afecta es no poder tener una comunicación con nuestros hijos”, agrega.
Sin embargo, uno de los principales problemas con el uso de celulares al interior de las cárceles, es que se utilizan para realizar estafas telefónicas.
“Todos saben que las estafas telefónicas la gran mayoría han sido hechas desde las cárceles de hombres y a ellos se les benefició con el teléfono. Y a nosotros como mamás que estamos siempre preocupadas si nuestros hijos comieron, si fueron al colegio, si están bien, que no salgan a la calle, que nos cuenten sus problemas, a nosotros no nos dan esa posibilidad”, reclama Ada.
“Nosotras no somos muy partidarias de dar este tipo de entrevistas. Si accedí a esta entrevista, es única y exclusivamente porque estamos aburridas de que se nos meta a todas dentro del mismo saco, que se hable de nosotras como si fuéramos lacra, cuando muchas mujeres estamos aquí por darle una mejor vida a nuestros hijos”, nos asevera.
“Estamos totalmente de acuedo que tenemos que pagar nuestro delito, pero no de esta forma, no en las condiciones que nos dan. No todos tuvimos las mismas oportunidades, no todos tenemos el apellido Piñera, ni Chadwick, ni nada de eso. Aquí no pagas tu delito, acá tu pagas tu pobreza”, sentencia.
“Nosotros no le importamos a nadie, o sea los de Derechos Humanos ellos vienen por cumplir, son como los abogados de la Corporación que vienen a sacar la firma y era”, acusa.
Respecto a las condiciones del CPF San Miguel, Ada asegura que en comparación con otras cárceles, no hay grandes inconvenientes y por ejemplo, no hay hacinamiento. Aunque, de todas formas deben convivir con vectores como ratones, palomas y chinches, junto con el riesgo constante de hepatitis debido a que los baños no están en buen estado.
Pese a todo, descarta que se originen desórdenes como los ocurridos en Puente Alto, donde incluso tomaron a funcionarios de Gendarmería como rehenes.
“No sé si las mujeres lleguemos al extremo de Puente Alto, tal vez porque nosotros somos un poco más racionales y siempre te pueden enviar “peloteada” a otra cárcel, al sur o para el norte, y obviamente eso sería alejarnos en gran parte de nuestras familias y nosotros nunca queremos eso, siempre queremos estar lo más cerca posible de nuestros hijos”, concluye.
Problemas de comunicación
El testimonio de Ada coincide con el diagnóstico que han hecho organizaciones de la sociedad civil que trabajan al interior de las cárceles, como la ONG Litigación Estructural para América del Sur (Leasur).
Según su director, Pablo Pinochet, para entender el contexto que están viviendo las cárceles actualmente, es necesario poner en evidencia el precario acceso a la salud que existe.
“Entre el 2013 y el 2017, cerca de la mitad de los internos que fallecieron lo hicieron por enfermedades, esto de acuerdo a datos propios de Gendarmería”, señala.
Pero además, Pinochet enfatiza en la falta de comunicación al interior de los penales, tanto con los internos, como con las familias.
“Uno de los problemas más grandes que están viviendo los recintos actualmente es esta falta de comunicación, porque es muy posible que Gendarmería haya efectivamente implementado protocolos, pero no han sido oportunamente comunicados, ni a los internos, ni a los familiares, ni a nosotros como sociedad civil que en el fondo hacemos un link entre ambos”, destaca.
En ese sentido, el director de Leasur asegura que el uso de celulares al interior de los penales podría ser una importante fórmula para descomprimir el ambiente.
“Hacer un llamado a que no se sancione el uso de teléfonos celulares al interior de las unidades penales. En todo este contexto de ánimos friccionados, en el fondo, el que los internos tengan contacto con el exterior, que de hecho siempre han habido celulares al interior de las unidades penales, solo que ahora estamos pidiendo entre tanto traslado que no sea sancionado su uso”, indica.
“Permite que los internos sepan que está pasando afuera, permite que los familiares tengan el contacto con ellos, facilita el acceso a las videollamadas, que está haciendo una tarea titánica Gendarmería para facilitar en todas las unidades penales estos box de llamada, y por otro lado nos permitiría a nosotros entregar material auxiliar a internos y internas, a sobrellevar mejor esta pandemia”, asegura Pinochet.
¿Cómo está la situación en las cárceles?
Pablo Jaque, presidente de la Asociación de Gendarmes de Chile (Agech), destaca que las cárceles chilenas siempre han vivido históricamente una situación crítica, lo que los dirigentes gremiales denominan una “situación de abandono permanente”, el “patio trasero” en materia de seguridad.
En esa línea, asegura que “esta crisis de salud evidentemente lo que ha hecho es acrecentar y dejar al descubierto lo que nosotros hemos venido diciendo durante muchos años, que las cárceles hoy día no tienen los espacios para segregar, sobre todo considerando las recomendaciones que hace el Ministerio de Salud al respecto”.
“Eso en las cárceles hoy día no sucede, ya que los espacios son reducidos, las condiciones de salud de verdad que son bastante complejas, en materia de infraestructura lo más delicado que nosotros tenemos es una tasa de hacinamiento bastante elevada”, añade.
“Los gendarmes no escapamos de esa realidad, ese es nuestro lugar de trabajo donde desarrollamos nuestras funciones y por ende también estamos expuestos a cualquier tipo de contagio”, se lamenta.
Actualmente las cárceles que presentan mayor complejidad son el CDP de Puente Alto y el Centro de Detención Preventiva Santiago Sur, más conocida como la ExPenitenciaría.
“Serían las dos cárceles del país que hoy día presentan mayor inconveniente. El resto de las unidades penales estamos haciendo todos los esfuerzos por evitar los contagios”, detalla Jaque.
“En Puente Alto, el 90% de la dotación de esa unidad hoy día está contagiado”, agrega.
“El tema del coronavirus al interior de las cárceles provoca tensión en la población penal, porque la población evidentemente siente temor al contagio y eso también genera eventos críticos al interior de las unidades penales, lo que a nosotros nos preocupa por la salud y la integridad física de nuestros funcionarios”, explica el dirigente.
“Hubo eventos críticos en la cárcel de Chillán, Rancagua y La Serena, Colina y en alguna medida también en la Penitenciaría de Santiago. Pero ninguno a la escala de lo que ha pasado por ejemplo en Puente Alto. A Dios gracias la situación ha mejorado bastante, la población penal ya está más tranquila, pero evidentemente que con la presencia del coronavirus al interior de la cárcel, siempre puede ser una situación compleja”, advierte.
Consultado por la posibilidad de que se produzcan incidentes más graves, como los ocurridos en Perú o Venezuela, con motines que terminaron con varios fallecidos, Jaque asegura que si bien siempre hay riesgos de incidentes, Gendarmería tiene el control de todas las unidades del país.
“Que existan motines al interior de las cárceles siempre va a ser un riesgo, no podríamos descartar si el día de mañana un motín no vaya a llevarse a cabo. La diferencia del sistema carcelario chileno, que el control de las unidades penales hoy día lo tiene Gendarmería, y Gendarmería ha tomado todos los resguardos”, enfatiza.
“Hoy día no tenemos en Chile una crisis en materia de seguridad penitenciaria, lo que tenemos es una crisis de salud. Y hay que entender también que estas crisis de salud, si se elevan los contagios al interior de las cárceles, también puede generar un colapso en la salud pública”, sostiene el dirigente de Gendarmería.
“El sistema penitenciario hoy día está bajo la supervisión de los gendarmes del país, nosotros sabemos hacer muy bien nuestro trabajo en ese sentido, se toman las medidas a diario en materia de seguridad en todas las unidades penales para que no vaya a haber un motín de las proporciones que han habido en los países vecinos”, concluye.
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