Rostros conocidos y rostros familiares. Eso último fue literal para una mujer que recibió una visita inesperada de un pariente que no la frecuentaba hacía décadas.
Irma Reyes vive en el municipio Isidro Fabela, Estado de México. El pasado 16 de febrero, cuando habían transcurrido 5 días de la desaparición de Fátima, Mario Alberto Reyes Nájera y Gladis Giovanna Cruz Hernández, llegaron de imprevisto con sus tres hijos pequeños.
Reyes es la tía de Mario. No lo veía desde hace 22 años, luego de la muerte de su hermano. “El hijo de Pepe”. Así fue como se presentó el hombre ante la hermana de su fallecido padre.
La mujer los recibió, según los relatos de medios mexicanos, consignados por Univisión.
Con extrañeza, pero con hospitalidad familiar, los alojó en una vivienda de techo de lámina, con dos piezas y les ofreció mantas para ellos y sus niños.
Los dejaría quedarse hasta que consiguieran trabajo y pudieran buscar otro lugar para vivir. “Sí, tía. Andamos en eso”, fue la frase con la que Mario respondió a la mujer.
“Mi papá no nos deja ver la tele”
La mujer se mantenía pendiente de los niños, al punto en que los invitó a ver la televisión a su casa.
“Es que mi papá no nos deja ver tele”, respondió uno de los tres hijos de su sobrino. Más tarde, la mujer entendió por qué la prohibición.
El pasado martes, Irma y Mayela, quien vive con la tía de Mario, vieron en las noticias el rostro de una mujer parecida a la pareja de su sobrino. Aseguró que en un primer momento dudaron de si se trataba de Gladis Giovanna.
Momentos después, la foto de su sobrino en las informaciones. Irma Reyes entendió que estaba alojando a los presuntos responsables del estremecedor femicidio contra Fátima Cecilia Aldrighett Antón.
“Enseguida bajé, los encaré y fue cuando me confesaron todo lo que había pasado. ¿Ustedes hicieron esa infamia? Están en la tele. ¿Fueron ustedes, verdad”, les recriminaba la mujer.
La respuesta vino primero de Mario. Incriminó a su pareja. “Yo no fui. Fue ella”. Cruz se defendió de su delator y cómplice en los hechos.
La mujer dijo que pretendía entregársela a la policía, pero Mario no la dejó, porque a él no lo buscaban y tenía que cuidar de los niños, sabiendo que en ese momento solo el rostro de Giovanna figuraba en las noticias.
La tía les preguntó que le habían hecho a la niña. Su sobrino presuntamente consume drogas y había exigido “una novia joven” a su pareja para no agredir sexualmente a sus hijas.
“Estaba en la casa con mis hijos, dijo que si no, iba a verlo con alguna de las niñas, con mis hijos y yo me espanté … y fui y se la traje (a Fátima)”.
Su pareja, quien vendía tamales en Xochimilco, conocía a Fátima y a su familia. Fue a la escuela de la niña y se la entregó a Mario, quien supuestamente abusó sexualmente de ella. Cuando vieron el ruido causado por su desaparición, decidieron asesinarla.
No lo hizo por la recompensa
Con la confesión de la pareja, Reyes decidió que no debía esconderla, según sus declaraciones a la prensa mexicana.
Fue entonces que ella salió de la habitación y Giovanna Cruz se hincó para pedirle que los ayudara. Su sobrino no mostraba emociones.
“Él pensó que yo lo iba a encubrir por ser mi sobrino. Y le dije: ‘Tienes que responder por tu delito””.
Les ofreció acompañarlos a una comisaría del pueblo para que se entregaran, pero en el fondo sabía que podían intentar algo contra ella o escaparse. Una de sus familiares dio aviso telefónico a las autoridades y la pareja fue arrestada.
Mario intentó sobornar a los policías para que los dejaran ir, pero no hubo coima que venciera a la indignación que ha despertado el femicidio de Fátima.
Fueron arrestados y este viernes serán trasladados a reclusorios de la capital mexicana.
La tía que los entregó, dice que no quiere que su acción se malinterprete. Que no lo hizo por la recompensa de dos millones de pesos mexicanos ofrecida por las autoridades, que dieron con los presuntos femicidas gracias a la familiar de estos, pese a que hablan de una labor conjunta de campo.
“Tiene que haber justicia. Y no quiero lucrarme con esto. Yo no sé nada de si van a dar… yo solo quiero que se haga justicia”.