Según el Senda, el uso de cigarrillos electrónicos aumentó significativamente de 3,6% en 2014 a 6,5% en 2016, lo que constituye un llamado de alerta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que los nuevos dispositivos para fumar, vapeadores y cigarrillos electrónicos, no son inofensivos y la FDA emitió una advertencia debido a que se relaciona con enfermedades respiratorias graves.
En este marco, el Gobierno presentó al Senado un proyecto de ley que busca restringir su uso, tal como ocurre con el tabaco. La iniciativa legal los cataloga como “productos del tabaco” y por tanto se prohíbe su venta y distribución a menores de edad; se restringe la publicidad, patrocinio y promoción de estos productos; se prohíbe usarlos en lugares públicos cerrados y deberán llevar advertencia sanitaria.
La Secretaria Regional Ministerial de Gobierno, María Francisca Plaza Velis, valoró la iniciativa y afirmó que “en definitiva lo que busca es homologar todos los productos derivados del tabaco a la ley que rige desde 2013 y estos dispositivos tendrán las mismas normas que los cigarrillos tradicionales. La industria de éstos productos ha cambiado con el tiempo y tal como lo ha manifestado nuestro Ministro Jaime Mañalich, está ofreciendo el mismo producto tóxico, el mismo veneno, de maneras diferentes y con una forma de comercialización extraordinariamente agresiva”.
El hábito de fumar entre los escolares ha bajado sostenidamente desde la implementación de la Ley de Tabaco, pero Chile sigue siendo uno de los países donde los jóvenes más fuman antes de los 15 años (65,3%).
La Seremi aprovechó la instancia para expresar que “hace tres años atrás, existía una duplicación de jóvenes que consumían tabaco en forma de vapeadores. No tenemos aún la última encuesta, pero es evidente que el número aumentó por la inmensa disponibilidad y el marketing de éstos productos. La industria tabacalera está volcada como centro comercial en convertir a nuestros jóvenes en adictos a la nicotina, esa es la verdad hoy día y como Gobierno estamos preocupados y ocupados en mejorar la calidad de vida de ellos y ellas. Estamos viviendo una gran paradoja. Mientras como país hemos dado una férrea lucha contra el tabaquismo tradicional, que ha caído en los últimos 15 años, por la puerta de atrás comienzan a surgir otras formas de administrar nicotina y otros químicos en dispositivos electrónicos”, agregó la Plaza Velis.
La exposición pasiva al vapor de los cigarrillos electrónicos también puede provocar efectos adversos sobre la salud. Según un estudio encargado por la OMS, el aerosol ajeno es una nueva fuente de contaminación del aire por partículas, entre las que se incluyen las partículas finas y ultrafinas, así como el 1,2-propanediol, ciertos COV y metales pesados, y la nicotina.
En los dispositivos que usan aerosoles, se ha detectado la presencia de metales pesados como: cromo, plomo y níquel, en concentraciones iguales o superiores al cigarrillo tradicional y además nicotina (el mismo componente adictivo del tabaco que puede funcionar como “promotor tumoral”).