“Siguiendo los designios de un oráculo especial, barrieron las montañas y encontraron un chaval. Sabio en la memoria, pudo recordar cuál fue su rosario y su campana y hasta el emisario…”
Así rezaba la letra de una canción de principios de la década de los ‘90 del grupo español Mecano, dedicada a Tenzin Gyatso, el XIV Dalái Lama.
Y es que cuando fallece un Dalái Lama, se recibe información divina acerca del lugar exacto en el cual será hallado un niño, que es el “tulku” o reencarnación del anterior Dalái.
El budismo, una religión atea (transteísta para otros) nacida en India, se divide en tres grandes ramas: (1) el budismo theravada, predominante en Camboya, Laos, Tailandia, Sri Lanka; (2) el budismo mahayana, predominante en China Popular, las Coreas, Japón, Vietnam y finalmente (3) el budismo vajrayana, llamado también budismo tibetano o tántrico, o simplemente lamaísmo: es el que se desarrolló en los Himalayas, principalmente en el Tíbet. Curiosamente, en India –el lugar de nacimiento del budismo- este es prácticamente inexistente.
El budismo tibetano, a su vez, se subdivide en distintas escuelas o ramas. Cada una de estas, a cargo distintos líderes espirituales. El Dalái Lama y el Panchen Lama son líderes de la escuela Gelug. El Kármapa es líder de la escuela Kagyu. Hay además distintos Rinpoches (con N, no M) que también ostentan liderazgo espiritual. Todos los nombrados son tulku o reencarnaciones de budas que ya han vivido otras vidas anteriores.
Los líderes más importantes del Tíbet son el Dalái Lama y el Panchen Lama. El primero es la reencarnación del Buda de la Compasión; en tanto el Panchen Lama encarna un rayo de Amitabha, el Buda de la Luz Infinita. Como en otra vida el Buda de la Compasión fue discípulo de Amitabha, para muchos el Panchen Lama es jerárquicamente superior al Dalái Lama.
Lo cierto es que cuando fallece un Dalái Lama, es el Panchen Lama quien entra en trance y le es develada información del lugar exacto dónde será hallado un pequeño niño que es el tulku o reencarnación del Dalái muerto. A su vez, cuando fallece el Panchen Lama, quien entra en trance es el Dalái Lama y recibe la misma información.
El vidente transmite la información a los lamas o sabios y estos inician un peregrinaje por las montañas, hasta que llegan al lugar develado. Curiosamente siempre encuentran allí a un niño. La prueba final es arrojar a los pies del infante la campana que ha pertenecido al Dalái muerto junto a otras réplicas de dicha campana que nunca pertenecieron a aquel, lo mismo hacen con el rosario (y sus réplicas) y otros objetos. Sorprendentemente, el infante es capaz de reconocer los objetos que él poseyó en su anterior vida. Los objetos falsos son rechazados por el niño. Es la prueba de que es el tulku verdadero. Acto continuo, es trasladado a un monasterio y allí es adorado como un dios viviente. Esta es la historia que cuenta la letra de la canción transcrita al comienzo de esta nota.
El X Panchen Lama murió de un ataque al corazón en 1989, (para muchos fue envenenado por el gobierno chino). Seis años más tarde, en 1995, el actual Dalái Lama (en el exilio) entró en trance y anunció el encuentro de la reencarnación del X Panchen Lama: se trataba de un niño nacido en el Tíbet en el seno de una familia muy pobre. Los lamas barrieron nuevamente las montañas y hallaron al XI Panchen Lama a quien llamaron Gendun Chökyi Nyima. Este reconoció los objetos de su vida anterior que fueron arrojados a sus pies, pero rechazó las réplicas. Acto continuo fue trasladado a un monasterio junto a su familia.
Tan solo unos días después, el monasterio de Tashilhunpo se llenó de policías chinos: el XI Panchen Lama, a la sazón de 6 años de edad, fue apresado junto a su familia y a unos 50 monjes. Se convirtió así en el prisionero político más joven de la historia. Desde entonces se desconoce su paradero. El gobierno de China Popular permanentemente informa mediante comunicados oficiales que el verdadero Panchen Lama se encuentra vivo, a salvo y con una identidad falsa. En la actualidad tiene 30 años de edad.
Como si fuera poco, el mismo año 1995, el gobierno de La República Popular China eligió a otro niño: Chökyi Gyalpo, de 5 años de edad, como XI Panchen Lama, quien fue designado mediante un sistema de oráculo de granos de cebada. Actualmente el falso Panchen Lama tiene 29 años de edad y recibe todos los honores del gobierno comunista chino.
¿Cuál es el plan del Gobierno Chino? En algún momento habrá de fallecer el actual Dalái Lama. Si en ese momento entrara en trance el verdadero Panchen Lama secuestrado, las autoridades chinas no transmitirán el oráculo a los lamas fieles. Si por casualidad entrara en trance algún Rinpoche fiel al actual Dalái y aquel develara el lugar de hallazgo del tulku o reencarnación del XIV Dalái Lama, aquel será secuestrado inmediatamente. En cualquier caso, las autoridades chinas dirán que habrá entrado en trance el falso Panchen Lama y este develará el lugar de hallazgo de un XV Dalái Lama falso. Se habrá consumado el aniquilamiento del Tíbet.
Es por esta razón que el actual Dalai Lama ha sido vacilante en sus declaraciones. Hace unos años dijo que es probable que él sea la última reencarnación del Dalái Lama y que después de su muerte no haya un sucesor. Tiempo más tarde se desdijo, y señaló que es probable que él pueda reencarnarse, pero que su nuevo tulku será hallado no en el Tíbet, sino en el extranjero. Él ha informado que la razón de esto es porque él no quiere que un nuevo niño sea secuestrado por el gobierno chino. Esta opinión difiere de uno de los principios más esenciales del lamaísmo: el Dalái Lama y el Panchen Lama deben siempre reencarnarse en el Tíbet.
Por tanto, el gobierno chino ha puesto en jaque al budismo vajrayana. Si el actual Dalai Lama no se reencarna, el Tíbet se habrá quedado sin líder. Si se reencarna en el Tíbet: el XV Dalái Lama será secuestrado. Y si se reencarna en el extranjero, esto implicaría socavar la doctrina más básica y elemental del lamaísmo. Y cuando el Panchen Lama falso entre en trance, se añadirá a la cofradía un Dalái Lama, también falso.
¿Qué irá a ocurrir a la muerte del actual Dalái Lama? Nadie lo sabe. Solo sabemos que actualmente hay dos Panchen Lama: uno falso, que goza de todos los honores y del boato del gobierno de China Popular y el verdadero, que está vivo, tiene 30 años de edad, sigue secuestrado y de quien se ignora su paradero.
¡Liberen al Panchen Lama!
Víctor Manuel Santana Escobar
Juez de Garantía de Copiapó