El Hombre se empeña en explorar el Universo con el objeto de develar misterios más allá de nuestro planeta.
Sin embargo, a diario estamos en contacto con el elemento más enigmático de la Tierra y no nos damos cuenta.
Hace muchos años aprendí que los estados de la materia eran tres: sólido, líquido y gaseoso. Con el tiempo, aprendí que hay otros, pero eso no viene al caso, al menos por ahora. En el estado sólido las moléculas estas están más compactas que en el líquido, y en este último que en el gaseoso. Por eso una misma cantidad de cualquier elemento ocupa menos espacio en estado sólido que en el líquido y en este que en el gaseoso. Es una cuestión de mayor a menor densidad.
Sin embargo… deténgase un momento a meditar en este pequeño gran detalle: el hielo flota. ¿Se había dado cuenta usted de ello?
Era el verano del año 1977: introduje dos cubos de hielo en un vaso con refresco en polvo: el hielo flotaba. Quedé anonadado. Repetí el experimento con agua sola: también flotaba. Quedé estupefacto.
Viví toda mi niñez sumido en esta interrogante sin respuesta. Se suponía que, conforme las leyes de la física, el hielo debía hundirse en el agua, por ser más denso que aquella. Como ello nunca ocurría, a veces yo mismo empujaba los cubitos con mis dedos hasta el fondo del vaso con la esperanza de que se quedaran allí. Pero no: siempre salían a la superficie. Ellos se quedaban allí, en la superficie, observándome con una evidente como sorna. Yo los contemplaba embobado, por horas, hasta que se disolvían.
Como a mis 14 años llegó a mis manos un viejo libro de química. En él descubrí que el agua es el elemento más maravilloso y enigmático de este planeta. Cuando el agua se empieza a enfriar, se hace más pesada y se va hacia al fondo. Esto sigue las leyes de la lógica y de la física. Pero esto ocurre solamente hasta que el agua llega a los 4 grados Celsius. Alcanzada esta temperatura, las moléculas se empiezan a separar y el agua se hace más liviana. Este proceso continúa hasta que llega a los cero grados y se convierte en hielo. Esta es la razón del por qué el hielo flota. La razón de este misterioso fenómeno, aún no ha sido descubierta por los científicos, y es algo para lo cual ellos –hasta el día de hoy- no tienen respuesta.
Es por eso que durante los inviernos los lagos se congelan por la superficie y no por el fondo de los mismos. Si el agua siguiera las leyes de la física, y el hielo se hundiera, lo que se congelaría sería el fondo de los lagos. ¿Qué pasaría si esto ocurriera? Morirían las plantas que allí crecen, y como consecuencia, toda la fauna que es sustentada por dicha cadena alimenticia.
Es por esta misma razón (es decir que una misma cantidad de agua ocupa más espacio en estado sólido que en el líquido) que si usted llena una botella de vidrio con agua hasta el tope, la cierra y la mete al congelador, esta seguramente explosionara; o si es de plástico esta aumentará de tamaño y se deformara.
El hielo flota y este es uno de los misterios más grandes de la humanidad que aún no tiene respuesta. Verlo flotar es tan maravilloso como sería hervir agua y contemplar que el vapor no se eleva hacia la superficie sino que se apoza en el fondo del recipiente y fuera cubierto por el resto del agua en estado líquido.
El agua es un misterio. Y este es misterio es vida. De hecho, se asocia el descubrir agua en otro planeta, con el hallazgo de vida o de las condiciones que la hacen propicia.
La próxima vez que beba un vaso de agua o se lave las manos, piense que está en contacto con el elemento más enigmático de este planeta.
En tanto no sean develados sus misterios: cuidémosla: no sólo disminuirá su cuenta de agua potable, sino que también salvaguardaremos el planeta para las venideras generaciones.
Victor Manuel Santana Escobar
Juez de Garantía de Copiapó