José Salinas llegó el 25 de febrero pasado hasta la calle Coyancura 302, en la comuna de Providencia, donde se ubica el Banco Santander. En la sucursal, Salinas buscaba cobrar un vale vista emitido por Latam Airlines de 475 mil pesos. Se acercó a la caja, donde lo atendió la tesorera subrogante Daniela Quiroz, quien luego de revisar el sistema, se percató que el documento financiero no estaba registrado en los movimientos de caja, donde debía figurar el comprobante de cobro firmado por el cliente.
Alertado de la situación, minutos más tarde llegó el jefe territorial de operaciones de la entidad, Juan Pablo Fernández. De inmediato -cumpliendo a cabalidad el protocolo- se realizó una revisión exhaustiva, la que comprobó que existían una serie de cobros, sin que el cliente se hubiera presentado de forma física.
La sospecha recayó de inmediato en el tesorero oficial de la sucursal Patricio Rosales, quien se encontraba casualmente con licencia médica.
Los vale vista estaban en la llamada “custodia electrónica” y no en papel y con fecha de vencimiento próxima. La data era importante, ya que si los documentos cumplían el plazo de vigencia, los fondos debían pasar al fisco. Este hecho fue el que Rosales aprovechó para apropiarse de los documentos y quedarse con el dinero, estableció la indagatoria interna.
Los hechos aparecen descritos en una querella criminal que presentó el Banco Santander ante el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago esta semana, por apropiación indebida y delito informático, ya que Rosales intervino el sistema de la entidad para quedarse con los fondos. En todo caso, el libelo está dirigido en contra de quienes resulten responsables.
Cámaras
Cuando la investigación interna terminó, el resultado arrojó que Rosales había logrado cobrar para sí nada menos que 97 vale vista, 74 de los cuales eran de la empresa Latam Airlines, mientras que el resto habían sido tomados por la Universidad Católica del Norte, entre otras firmas. La cifra superaba los 56 millones de pesos.
Si bien es cierto el monto no era elevado, el hecho es que Rosales los había cobrado entre 2018 y 2019, sin que nadie se percatara.
Para acreditar fehacientemente los hechos, la entidad financiera auscultó los registros computacionales y descubrió que Rosales realizaba “reiteradas e inexplicables consultas al sistema informático”, en particular de Latam Airlines, que no era cliente de la sucursal de Coyancura 302. La revisión también consideró las cámaras de seguridad del recinto. Allí aparecía Rosales atendiendo a usuarios del banco en su escritorio, pero en realidad consultaba los vale vista tomados por la firma, señala la acción legal.
“Existen poderosos antecedentes para afirmar que el tesorero de la sucursal Paseo Las Palmas del Banco Santander, quien ocupa la posición de custodio y depositario de los fondos de mi representada, procedió a apropiarse de dinero que tenía bajo su cuidado”, se lee en el libelo.
El Santander, a través de su abogado, Jorge Gálvez, pidió al Ministerio Público que sea la Brigada Investigadora de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI, la que esté a cargo de las diligencias, para que interrogue a Rosales en calidad de imputado.
La acción legal ya fue admitida a tramitación por el tribunal.
Radio Bío Bío contactó al Banco Santander, pero se indicó que no habría comentarios, debido a que se trata de un caso judicial en curso.
Fuente: BioBioChile.