Rusia anunció el lunes que reforzará la defensa antiaérea de su aliado sirio en respuesta a los actos “premeditados” de Israel, lo que puede agravar la crisis con el Estado hebreo.
Una semana después de que la defensa antiaérea siria derribara por error un avión ruso, un Il-20, sobre el Mediterráneo con 15 militares a bordo, el Kremlin se endureció frente a Israel que en ese momento bombardeaba en la zona blancos sirios.
El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, detalló en una declaración por televisión las medidas decididas por Moscú, con las que claramente refuerza las capacidades de defensa del régimen de Bashar al Asad.
“Estamos convencidos que la implementación de estas medidas enfriará el ardor de algunos e impedirá los actos sin reflexión que constituyen una amenaza para nuestros soldados”, dijo el ministro.
“En el caso contrario reaccionaremos de manera apropiada ante la situación”, añadió.
En dos semanas Siria recibirá baterías de misiles antiaéreos S-300, cuya entrega decidida en 2010 fue pospuesta por la oposición de Israel, con quien Rusia tiene buenas relaciones.
Esos sistemas “son capaces de interceptar aparatos a una distancia de más de 250 kilómetros y pueden atacar al mismo tiempo varios blancos en el aire”, subrayó Shoigu.
Los militares sirios ya fueron entrenados para utilizar este sistema de defensa, que iba a ser enviado a Siria en 2013 pero cuya entrega fue suspendida “a petición de Israel”, dijo.
Sin embargo “la situación cambió” por los acontecimientos de los últimos días, aseguró.
Actualmente los S-300 operados por los rusos están desplegados alrededor de la base naval rusa de Tartús. Los S-400, más modernos, operan en la base aérea de Hmeinim (oeste de Siria).
Además, en las regiones cerca de Siria en el Mediterráneo “la navegación por satélite, los radares de a bordo y los sistemas de comunicación de la aviación militar que ataquen blancos en el territorio sirio serán bloqueados”, añadió.
El presidente ruso, Vladimir Putin, informó a su aliado Bashar al Asad de las medidas dispuestas en ocasión del primer contacto telefónico entre los dos mandatarios luego de la destrucción del avión.
‘Actos premeditados’
La tensión expone nuevamente la manera en que el conflicto en Siria se volvió más complejo desde que comenzó en 2011, en donde varias potencias con intereses opuestos intervienen.
Moscú reprocha a Israel, que lanzó misiles contra depósitos de municiones en la provincia siria de Latakia (noroeste), de sólo haberle avisado un minuto antes de sus ataques y que los aviones F-16 israelíes utilizaron el aparato ruso Il-20 como “escudo” contra los misiles sirios.
Los militares israelíes negaron la versión rusa. El domingo aseguraron que sus aviones “no se escondieron detrás de un aparato y que los aparatos israelíes estaban en el espacio aéreo israelí cuando el avión ruso fue derribado”.
“Según las informaciones de nuestros expertos militares, fueron actos premeditados de los pilotos israelíes, algo que sólo puede dañar nuestras relaciones” con Israel, declaró a periodistas el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
“El avión no fue derribado por un misil israelí, gracias a Dios”, dijo agregando sin embargo que este episodio “fue posible por los actos de los pilotos israelíes”.
Peskov subrayó que estas decisiones “no son contra ningún país tercero, sino por la defensa de nuestros soldados”.
Rusia interviene militarmente en Siria desde septiembre de 2015 en apoyo al régimen de Bashar al Asad, lo que le permitió a éste recuperar el control de gran parte del territorio sirio,
La destrucción del Il-20 ruso es el incidente más grave con Israel desde que comenzó la intervención rusa en Siria, y los mecanismos de consulta establecidos para evitarlos.
Para intentar sosegar a Moscú, el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea israelí viajó a Moscú.
Israel multiplicó en Siria los bombardeos contra posiciones gubernamentales, convoyes de armas destinados, según él, al Hezbolá libanés, y más activamente los últimos meses contra posiciones iraníes.
Israel sigue técnicamente en guerra contra Siria.
Fuente: BioBioChile