El presidente estadounidense Donald Trump advirtió este lunes a Siria Rusia e Irán que no lancen un ataque contra Idlib, el último bastión rebelde en el país, pues ello dispararía una “tragedia humana”.
“El presidente Bashar Al Asad de Siria no debe lanzar imprudentemente un ataque contra la provincia de Idlib. Los rusos y los iraníes estarían cometiendo un grave error humanitario si toman parte de esa potencial tragedia humana”, tuiteó Trump.
“Cientos de miles de personas morirían. No permitan que ello ocurra!”, agregó.
La ONU y organizaciones humanitarias advirtieron que un ataque contra Idlib podría desatar una catástrofe humanitaria, a un nivel aún no visto en la guerra civil siria que ya lleva siete años.
Las fuerzas de Damasco están ahora reuniéndose en torno a la provincia noroccidental de Idlib, donde están acantonados una serie de grupos rebeldes y combatientes extremistas, muchos de los cuales han sido catalogados de “terroristas” por las potencias mundiales.
Rusia e Irán insisten en que los grupos extremistas de Idlib deben ser derrotados y se espera que apoyen a las fuerzas sirias en caso de un ataque.
Desde principios de 2017, Irán, Rusia y Turquía han patrocinado negociaciones en la capital de Kazajistán para aplacar las hostilidades en Siria.
El año pasado, habían designado a Idlib como zona de “desescalada” para detener la violencia con miras a un cese al fuego en todo el país.
Tambores de guerra
Buscando presionar a Turquía para que controle a los jihadistas en Idlib, Rusia, principal aliado de Damasco, empezó en los últimos días a hacer sonar los tambores de guerra.
Teherán y Moscú han brindado un constante apoyo político, financiero y militar a Asad a lo largo de la guerra, que deja más de 350.000 muertos desde que comenzó en 2011.
El Grupo de Crisis Internacional (ICG), un centro de estudios con sede en Bruselas, estimó que aún pueden evitarse un ataque a gran escala contra Idlib y sus catastróficas consecuencias.
Rusia, cuyo apoyo aéreo sería crucial para una ofensiva exitosa, debería comprender que un baño de sangre en Idlib pondría en peligro sus propios objetivos políticos, de acuerdo con el ICG.
“Al respaldar una ofensiva a gran escala, Rusia arriesga socavar sus objetivos a largo plazo en Siria”, señaló el ICG en un documento titulado “Salvando a Idlib de la destrucción”.
Pese a la advertencia de Trump, los analistas estiman que Estados Unidos parece resignado a la probabilidad de una victoria final de las fuerzas del gobierno sirio.
Tras bambalinas, diplomáticos estadounidense han estado advirtiendo a Moscú, acusado en el pasado de hacer la vista gorda al uso de armas químicas por parte de Damasco.
Pero estos “disparos verbales de advertencia” tienen poco que ver con la realidad de hoy en Siria, dijo Jonas Parello-Plesner, investigador del centro de análisis Hudson Institute, con sede en Washington, que recientemente publicó un estudio sobre la postura de Estados Unidos en la región.
Esa realidad es que “Asad está avanzando, ayudado por Irán en el terreno y por Rusia en el aire”, dijo a la AFP.
Mientras, Estados Unidos apuesta a un proceso de paz respaldado por la ONU en Ginebra, que en el mejor de los casos podría describirse como “moribundo”, agregó el analista.
Trump dijo en abril que “es hora” de traer de regreso a las tropas estadounidenses en Siria, una vez que los yihadistas del del Estado Islámico hayan sido derrotados definitivamente.
Mientras se apartó rápidamente de la retórica de una retirada inmediata, su determinación de abandonar Siria lo antes posible parece no haber cambiado.
Fuente: BioBioChile