Presos de una cárcel del estado de Rio de Janeiro iniciaron este domingo un motín después de un intento fallido de fuga y tomaron a algunos funcionarios como rehenes, informaron las autoridades, quienes no especificaron si hay muertos o heridos dentro del presidio.
La rebelión se inició durante la tarde en la Penitenciaria Milton Dias Moreira de Japeri, en la zona metropolitana de Rio, cuando “inspectores de seguridad y administración penitenciaria frustraron una tentativa de fuga de internos”, informó la Secretaría de Administración Penitenciaria (Seap) de Rio en un comunicado. “Enseguida, los internos iniciaron un motín”, añadió.
De acuerdo al sitio de información G1, siete agentes fueron tomados como rehenes,tres de los cuales ya habrían sido liberados de esta prisión que, como muchas en el precario sistema brasileño, padece de una fuerte superpoblación.
Varias unidades de la policía militar, así como del batallón de choque se desplazaron inmediatamente hacia la cárcel, donde según -mostraron imágenes de televisión- también acudió al menos una ambulancia.
El motín se declaró después de que el presiente de Brasil, Michel Temer, ordenara el viernes a las fuerzas armadas que dirijan la lucha contra el crimen organizado en el violento estado de Rio de Janeiro, para evitar que esa “metástasis” se siga propagando por el país.
Tras el anuncio del decreto, inédito desde la restauración de la democracia en 1985, las autoridades penitenciarias de Río mandaron una nota el domingo informando de que habían reforzado las “medidas de control” en los presidios del segundo estado más rico del país.
Brasil suma la tercera mayor población carcelaria del mundo con 726.712 presos,según los últimos datos oficiales de junio de 2016. La cifra casi duplica la capacidad penitenciaria del país, calculada en 368.049 cupos para 2016.
El comienzo de este año estuvo marcado por choques en varios centros penitenciarios brasileños, con motines como los que dejaron nueve muertos en una prisión de Goiania (centro-oeste) a inicios de enero o el que se saldó con diez fallecidos en Ceará (noreste) hace menos de un mes.
Desde enero de 2017, cuando se agudizó la crisis carcelaria con una masacre en un complejo de Manaos (norte) con 56 muertos, la guerra entre grupos rivales en los presidios brasileños ha dejado más de 100 fallecidos.