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Testimonios, WhatsApp y millonarias transferencias bancarias que arrinconan a Rafael Garay

Bridec detectó que de los más de $2 mil millones que captó Think & Co entre inversionistas, Garay se transfirió a su cuenta personal $590 millones. La UAF, por su parte, involucró a la automotora Kaufmann, sus familiares y acusó lavado de activos. Nuevos testimonios y conversaciones por WhatsApp, en tanto, revelan cómo operaba el ex comentarista de televisión.

Millonarias transferencias bancarias hacia sus cuentas personales y de varios supuestos cómplices podrían complicar aún más a Rafael Garay en la víspera de su arribo a Chile, según revelan antecedentes de la investigación en su contra que lleva adelante el Ministerio Público a los cuales accedió Radio Bío Bío.

Se trata de traspasos desde su empresa Think & Co a su cuenta personal en el Banco de Chile por más de $590 millones en los últimos tres años y de transferencias por un monto aún indeterminado desde la misma empresa y su cuenta personal, a otras personas y compañías automotoras que, posiblemente, habrían triangulado los dineros de vuelta a Garay. Ambos antecedentes fueron aportados a la fiscalía por la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI y la Unidad de Análisis Financiero (UAF), respectivamente.

“Existen transferencias desde la cuenta de Think & Co hacia la cuenta personal del imputado, por un valor superior a los $590.000.000”, dice el informe de la Bridec (Revise acá el informe completo de la Bridec).

En el desglose de la información, la Bridec explica que Garay hizo un traspaso de $58,8 millones desde Think & Co a su cuenta personal en 2013; otro de $328,2 millones, en 2014; y un tercero de $173,3 millones, en 2016.

“Se puede apreciar que desde el año 2011 al 2016 existe un rotundo cambio en el poder adquisitivo del imputado, puesto que en la cuenta se refleja gastos en bienes que se podría decir, no son de primera necesidad, tales como restauran, café, mayor utilización en la tarjeta de crédito, lava seco, compra en el comercio, entre otros”, agrega el informe.

El cambio en el poder adquisitivo de Garay coincide con el crecimiento en las captaciones de dinero de Think & Co. Sólo en los últimos tres años, dicha empresa captó $2.326 millones de distintos inversionistas. Fue precisamente de ese monto desde donde Garay se transfirió a su cuenta personal los $590 millones que detectó la Bridec.

Pese a que Garay ha declarado que sufre de una severa enfermedad, sus gastos médicos, es decir, de primera necesidad, son marginales en el periodo análisis. “A los investigadores les llama la atención que existen varias compras de pasajes aéreos hacia el extranjero”, dice la Bridec. “También, que de todo el periodo analizado el imputado haya gastado por concepto de salud la suma de $1.500.000, que corresponde a clínica y otro valor similar en farmacias, lo que no se condice con la enfermedad que dio a conocer públicamente”.

El rol de la automotora Kaufmann

El informe de la UAF, en tanto, describe una serie de operaciones aparentemente irregulares entre Think & Co, Garay, algunos de sus familiares, y la automotora Kaufmann (Revise acá el informe completo de la UAF).

“Del análisis de los movimientos registrados de las cuentas corrientes de los reportados (Think & Co y Garay) fue posible establecer indicios de existencia de un eventual delito de lavado de dinero realizado mediante el uso de su empresa de fachada (Think & Co) y una serie de transacciones sin justificación económica aparente, que eventualmente representarían maneras de ocultar el destino de los fondos”, dice la UAF en las conclusiones de su informe.

Dichas transacciones están relacionadas, entre otros, con la automotora Kaufmann. Garay vendió dos de sus vehículos a dicha automotora por un valor cercano a los $235 millones, pero la automotora le transfirió $297,3 millones. La diferencia entre ambos montos llamó la atención de la UAF. “Se observan pagos de aproximadamente $60 millones recibidos (por Garay) desde Kaufmann Vehículos Motorizados y de una tercera automotora (Comercial Ross Limitada), por $60 millones sin que se encuentre una justificación económica aparente para dichos pagos”, dice el informe de la entidad.

Además, agrega que entre marzo y julio de 2016 Think & Co y Garay realizaron pagos por $174,8 millones a Comercial Kaufmann S.A “los cuales carecen de una justificación comercial, dado que en 2016 el señor Garay Pita y su empresa no figuran con nuevos vehículos a sus nombres”.

La UAF también identificó a cuatro personas que figuran como beneficiarios de depósitos de Garay y Think & Co, que no están entre sus víctimas ni tienen empresas o iniciación de actividades comerciales. Esas personas, dice el informe, habrían sido usadas posiblemente “para retirar fondos de su cuenta corriente personal y de su empresa, dándoles apariencia de legitimidad, cuyo destino se desconoce”.

Entre esos nombres está el del tío de Garay, Vicente Pita Vives, quien le transfirió $15 millones, “desconociéndose el motivo de esta operación”, dice la UAF.

Sobre los eventuales cómplices de Garay, Sabas Chahuán, abogado querellante en el caso, dice que hay diligencias que decretar, pues “sí han actuado personas como testaferros, sí hay cómplices e inclusive coautores”.

Lo anterior es relevante, pues de confirmarse la complicidad de algunas personas, dice Chahuán, “se podría obstaculizar la investigación mediante la concertación (de Garay) con otros posibles coimputados”. Ese, precisamente, será uno de los argumentos de los querellantes para solicitar la prisión preventiva de Garay.

“Alejarse de todos los chantas”

“Rafael Garay ha creado el grupo Think & Co”. Con esa frase parte una cadena grupal de mensajes que el ingeniero comercial y maestro de kudo creó a través de Whatsapp en febrero de 2016 y donde incluyó a seis personas que hacía poco había reclutado para partir un nuevo emprendimiento. Todo lo harían bajo el paraguas de la empresa que Garay creó en 2008 junto al economista Javier Latorre: Think & Co. Ltda., dedicada principalmente a las asesorías empresariales y la captación de capital para inversiones.

A cuatro de ellos los conocía de Radio El Conquistador, donde desde 2011 era panelista estable en el programa “Buenos Días Mercado”. Eran la analista política Bárbara Briceño, la egresada de derecho Carolina Fuentealba, el contador auditor Alexis Osses y el periodista Sebastián Gajardo. Los otros dos eran Erwin Ide, con quien coincidió cuando trabajó en 2012 en la agrupación Felices y Forrados, y Ricardo Paul, también ingeniero comercial y a quien conoció a través de las artes marciales. Poco antes los había reunido a todos en su departamento en Bellavista para tomarse unas fotos profesionales. Las usarían para promocionarse en folletos, en Internet o en redes sociales: Garay decía que si no lo hacían, nadie los iría a buscar.

Radio Bío Bío accedió a la transcripción de esa conversación en Whatsapp (ver acá el chat).

A tres minutos de haber creado el grupo, Garay les envió las fotos. Un mes después les compartió muestras de sus futuras tarjetas de presentación. Y a fines de marzo les mostró la folletería nueva. El creía que había quedado “demasiado top”. Carolina Fuentealba estaba de acuerdo: “Quedaron hermosos”, le escribió.

Se trataba de un folleto de 16 páginas donde se presentaba la empresa, sus siete ejecutivos -el mismo Garay y sus seis colaboradores- y sus distintas áreas de negocio: consultoría de empresas, charlas y conferencias de coyuntura económica, y la captación de capitales para invertir a través de un fondo de inversión privado (descargar acá el folleto). Es en esa última área donde se habría generado el fraude que convirtió a Garay primero en prófugo y luego en un detenido extraditado desde Rumania.

A mediados de abril de 2016, Garay les dijo a través del chat que estaba “trabajando en la estructura legal nueva para cumplir todo lo de la SVS”. Luego los invitó a conformar el nuevo directorio, donde debía contar con al menos cinco miembros. Decía que estaba trabajando con los abogados para “armar una estructura potente para alejarnos de todos los chantas”. Gajardo se manifestó dispuesto. Paul le dijo que si le servía su ayuda, contara con él. Ide también se anotó, mientras que Briceño le dijo que mejor lo conversaran en persona.

Hubo otros mensajes al respecto durante los días siguientes, aunque no queda claro cómo quedó conformado el directorio. A fines de abril la conversación se congeló y no tuvo movimientos hasta que en julio Osses abandonó el grupo. Luego fue el turno de Garay, el 2 de septiembre de 2016, dos días antes de abandonar el país para supuestamente operarse en Francia de un tumor cerebral.

Las contradicciones de los seis de Think & Co

Aunque el nuevo negocio nunca llegó a concretarse, los seis nombres que reunió Garay quedaron automáticamente vinculados a su empresa, gracias al folleto y las fotos que tomaron en su propia casa. Es por eso que el 7 de noviembre de 2016, el fiscal José Morales pidió a la Bridec que interrogara como testigos a cada uno de ellos. Sus declaraciones se contradicen.

Los cuatro que trabajaban en Radio El Conquistador -Briceño, Fuentealba, Osses y Gajardo- aseguraron a los policías que Rafael Garay los engañó y los usó. Dijeron que el proyecto al que ellos habían adherido nada tenía que ver con inversiones ni captación de capitales, sino que con charlas y conferencias sobre coyuntura económica y política que ofrecerían a empresas, universidades e institutos.

La idea había partido a fines de 2014, luego de que Briceño y Garay fueran invitados a dictar una charla en el instituto profesional Duoc UC (ver declaración de Bárbara Briceño). Quisieron armar un grupo dedicado a esas actividades e invitaron a Fuentealba y Osses (ver declaración de Alexis Osses). Aunque todos aceptaron, ese primer impulso quedó en nada. Pero después, a inicios de 2016, antes la oleada de estafas piramidales que surgían en el país, decidieron revivir la idea. Fue ahí que se sumó Gajardo (ver declaración de Sebastián Gajardo).

Los cuatro declararon que las fotos eran para promocionar las charlas, que no sabían de las actividades financieras de Think & Co. y que nunca alcanzaron a trabajar para esa empresa. Fuentealba incluso dijo que siempre creyó que la empresa “se constituiría sólo para dar charlas y además que la estábamos formando (…) Me siento totalmente sorprendida y engañada”.

Todos dijeron que se enteraron por la prensa de que la empresa se dedicaba a la inversión de capitales de terceros. Lo extraño es que tanto Fuentealba como Briceño y Gajardo reconocieron haber visto el folleto en abril del año pasado (ver declaración de Carolina Fuentealba). Allí aparecía lo del fondo de inversión. Pero los tres dijeron que se fijaron sólo en sus respectivas fotos y que no le pusieron atención al resto de la información. Osses señaló nunca haber visto ese folleto.

También concordaron en que nunca habían visto ni conocido a los otros dos miembros del grupo: Ricardo Paul y Erwin Ide. Pero cuando ellos dos declararon, dieron detalles que se contradicen con lo explicado por los cuatro de la radio.

Ide, a quien se presenta en el folleto como gerente de inversiones de Think & Co., señaló que siempre supo que la empresa se dedicaba a las inversiones (ver declaración de Erwin Ide). De hecho, aseguró que cuando Garay lo convocó le dijo que que quería hacer crecer la empresa y conseguir más inversionistas. Paul señaló algo similar, y reconoció que su rol sería el de captador de nuevos capitales (ver declaración de Ricardo Paul). Ambos señalaron que conocieron a los cuatro de la radio en la casa de Garay, cuando se fueron a sacar la foto, y que todos estaban al tanto del rol que cumpliría cada uno en el nuevo negocio.

En lo que todos concuerdan es en que el negocio fracasó antes de partir. Y que nada tienen que ver con el fraude. Que todo se demoró más de la cuenta y que se acabó cuando se enteraron de la supuesta enfermedad de Garay. Varios señalaron que están estudiando tomar acciones legales por uso indebido de su imagen.

Fuente: BioBioChile

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