Con adherentes y detractores en las graderías, el Senado aprobó la Ley de Identidad de Género para adolescentes y mayores de edad, pero excluyendo de la posibilidad de cambio de sexo registral a los menores de 14 años.
Sin mayores complicaciones, el primer punto -que era parte de la propuesta del Gobierno- fue aprobado con 26 votos a favor y 14 en contra. Pero no fue suficiente para sumar la indicación de la oposición, que -al igual que la primera- requería al menos 25 votos. Con sólo 22 votos a favor y 18 en contra no alcanzó el quórum de 4/7 para permitir el cambio de sexo registral a niños y niñas menores de 14 años.
En concreto, la iniciativa contempla que los mayores de edad podrán optar al trámite ante el Registro Civil y los adolescentes entre 14 y 18 años ante los tribunales de familia.
Tras el debate, el ministro de Justicia, Hernán Larraín, valoró que se aprobara sólo su propuesta y aseguró que habrá un proceso de acompañamiento para menores de 14 años.
En tanto, la senadora del PPD, Adriana Muñoz, valoró el paso que se dio, pero lamentó que se excluyera a menores de 14 años. “No nos estamos haciendo cargo de dogmas, ideologías, fe o religión. Estamos discutiendo la situación de miles de compatriotas que viven una realidad distinta. Eso no es invento de la ‘ideología de género’, es una realidad que está al día. No creo que exista un Dios que aborrezca la diferencia”, aseguró.
Tras su paso por el Senado, el informe de Comisión Mixta -que se creó para zanjar las desavenencias entre ambas Cámaras- ahora tendrá que ser visado esta semana por los diputados para terminar su largo trámite legislativo, que se ha prolongado por más de cinco años.
Cuando eso suceda, el texto será enviado al presidente Sebastián Piñera, quien tendrá plazo de 30 días para aprobar o rechazar la iniciativa. Si no hace observaciones en ese periodo, se entiende la ley por aprobada y ésta puede ser promulgada y luego publicada en el Diario Oficial.
Victoria agridulce
Los activistas a favor del proyecto celebraron el avance del proyecto en la Cámara Alta, pero al mismo tiempo recibieron con decepción que la iniciativa no beneficie a los menores.
“Es un avance para todas las personas trans mayores de 14 años, que podrán ver mejorada su calidad de vida con trámites más simples para cambiar su nombre y sexo legal. Al permitirse ello, habrá mejores oportunidades laborales, educacionales y familiares”, admitió el activista trans del Movilh, Álvaro Troncoso.
Pero “el Senado no ha sido integral en su respeto a los derechos trans al excluir a niños y niñas. Esto es una mala noticia para ellos que violenta el interés superior del niño. Esperamos, sin duda, que esto pueda revertirse con alguna futura reforma”, añadió.
La misma postura mostró la directora jurídica de Iguales, Jimena Lizama. Destacó la decisión, pero cuestionó que se haya dejado fuera a menores de 14 años. “Es lamentable que haya excluido a niños y niñas, quienes también son sujetos de derechos, y por ende, también tienen derecho al reconocimiento de su derecho a la identidad de género, tal como lo ha reconocido el poder ejecutivo, judicial, la Corte Interamericana de DDHH, entre otros”, recalcó.
Y sus reclamos no son antojadizos. La Encuesta Identidad, aplicada por el Movilh el mes pasado, arrojó que el 59,17% de la población trans tiene conciencia de su transexualidad antes de los 10 años y el 25,9% entre los 11 y 15 años.
Producto de toda la presión social y discriminación, el 52,1% de la población trans dice que se ha hecho daño a si mismo, mientras que el 19,6% indica que pensó en autoagredirse, pero finalmente no lo hizo.
El autodaño se expresó en “cortes en zonas de mi cuerpo” (45%), “intento de suicidio” (35%), “no comer” (29%), “formas inseguras de expresar el género, como vendajes restrictivos” (26%) y “consumo abusivo de drogas” (24%).
En tanto, de acuerdo al mismo sondeo, el 46,7% se infligió por primera vez algún tipo de daño entre los 11 y 15 años, el 7% entre los 5 y 10 años; el 15% entre los 16 y 20 años y el 3% entre los 21 y 30 años.
Evangélicos versus minorías sexuales
Durante la jornada de debate parlamentario, cientos de personas, activistas a favor del proyecto y movimientos contrarios ligados a las iglesias evangélicas, se manifestaron afuera del Congreso en Valparaíso.
Las agrupaciones detractoras de la ley se ubicaron desde calle Rancagua en dirección hacia la avenida Argentina, donde instalaron un escenario donde se reunieron cerca de mil personas.
Ingrid Bohn, vocera del movimiento “Pañuelos Rosados”, afirmó que uno de los principales argumentos para estar en contra de esta normativa es la inclusión de menores de edad. “Esta ley coarta el derecho que tenemos de educar a nuestros hijos”, afirmó.
El encuentro también convocó a una de las voces más polémicas del sector: el pastor Javier Soto, quien a diferencia de otras ocasiones, intervino de manera pacífica, pero hizo un llamado a quienes se definen como “cristianos” a romper todo tipo de alianza con la clase política.
“Con este avance de Unión Civil, aborto e identidad de género, estamos en condiciones de llamar a la Iglesia Evangélica a romper toda alianza con la política. Cualquiera sea el bando”, aseguró.
Por otra parte, los activistas a favor de la iniciativa se reunieron en el sector posterior a la Plaza Ohiggins, desde calle Rawson hacia avenida Francia.
El vocero del Movimiento “Acción Gay” Marcelo Aguilar, señaló que la Ley de Identidad de Género va a sentar el camino para crear un país más justo y equitativo en derechos sociales. “La sociedad hoy está al debe con las personas trans”, recalcó.
A diferencia de otras ocasiones, ambas convocatorias se realizaron de manera totalmente pacífica. Principalmente gracias al plan de Carabineros, que optó por separar -a una distancia aproximada de dos cuadras- las manifestaciones tanto a favor como en contra de la normativa que se discutió en el Senado.