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Las conclusiones y reparos que deja el término definitivo del proyecto HidroAysén

Hace una década HidroAysén irrumpía como uno de los proyectos más importantes de generación eléctrica en el país, el que contemplaba la construcción de cinco centrales hidroeléctricas, dos en el ríos Baker y tres en el río Pascua en la región de Aysén. Aportaría 2.750 megawatts al Sistema Interconectado Central con una inversión que rondaba los US$3.200 millones, pero desde un comienzo su avance tuvo la férrea oposición de grupos ambientalistas y movimientos locales.

A pesar de las protestas que sea realizaron -incluso- en Santiago, la administración de Sebastián Piñera aprobó el proyecto en 2011 y las acciones legales interpuestas por detractores de la iniciativa fueron desechadas un año después por la Corte Suprema.

Sin embargo, aún faltaba la segunda parte de HidroAysén: el tendido eléctrico que transportaría la energía generada. La tramitación ambiental de este punto se realizaría a fines de 2012, sin embargo, en mayo de dicho año, Colbún solicitó la suspensión de su análisis, al aducir la falta de un marco de política energética nacional.

Así, la iniciativa emprendida por el grupo Matte y la entonces denominada Endesa, actualmente en manos de Enel, entraba en una larga agonía que este viernes tuvo su final. Ambas empresas decidieron poner fin a la sociedad controladora del proyecto y retornar los derechos de agua al Estado debido a que éste no es factible en términos económicos, según informaron en un hecho esencial a la Superintendencia de Valores y Seguros.

El gerente general de Enel Generación, dueño del 51% HidroAysén, Walter Moro, aseguró que éste no tenía ninguno de los tres ingredientes que -según dijo- se requerían para seguir desarrollando el proyecto, como lo son para él “que sea técnicamente viable, económicamente rentable para los inversionistas y aceptado por las comunidades”.

En tanto, el gerente general de Colbún, propietario del 49% de la iniciativa, Thomas Keller, señaló que el “desarrollo de proyectos de las características de HidroAysén requiere también de una política energética de amplio consenso nacional, condición que no fue posible alcanzar en este caso”.

Además, la sociedad determinó retornar los derechos de agua al Estado, punto de consideración pues la posesión de ellos sin inversión implicaría un costo que no tendría retornos.

Reacciones

El titular de Medio Ambiente, Marcelo Mena, destacó que la determinación de poner fin a HydroAysén da la razón a la decisión del Comité de Ministros que en junio de 2014 rechazó el proyecto, acotando que dichos reparos “eran fundados y correctos (…). Hoy en día estamos con una institucionalidad ambiental capaz de poder resguardar los derechos de las personas, del país y del ecosistema”.

Agencia UNO
Agencia UNO

El alcalde de Caleta Tortel, Bernardo López, cuya comuna sería una de las que mayor impacto tendría por la construcción de HidroAysén, afirmó que “la intervensión (del proyecto) que dejó en la región de Aysén fue bastante nefasta para la comunidad”, y aseguró esperar que con la devolución de los derechos de agua, éstos puedan ser utilizados por vecinos de las localidades aledañas al proyecto.

La presidenta de la fundación Terram, uno de los principales opositores a la iniciativa, Flavia Liberona, señaló que la decisión de dar término a la sociedad controladora y retornar los derechos de agua al Estado es un victoria para el país, manifestando que “ganamos todos. Tenemos los ríos Pascua y Baker sin represas, y -por lo tanto- ese es el mensaje”.

El exministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, quien públicamente había manifestado su respaldo a la iniciativa, subrayó que el fin HidroAysén marca el término de un ciclo sobre la discusión de energías renovables, dando paso a un debate con mayor foco en la sostenibilidad y el crecimiento compartido, expresando que “hay crecientes reacciones ciudadanas al cuidado de la naturaleza a las transmisiones no invasivas y a las centrales no inundadoras”.

Colbún registró con cargo a los resultados del año 2014 una provisión por el deterioro de su participación en HidroAysén por un monto aproximado de US$102 millones. En el mismo año, Enel Generación hizo lo propio por $69 mil millones de pesos, según ambas firmas reportaron a la SVS.

Fuente: BioBioChile

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