Son días tristes para la Secretaria Regional Ministerial de Desarrollo Social, tras la partida de un hombre que se dedicó su vida al servicios público, como fue don Pablo Torres Torres, quien dejó de existir la mañana del domingo 20 de noviembre, producto de un cáncer que no lo dejó seguir compartiendo de sus amigos y entregando siempre un mensaje de esperanza y alegría a quienes lo rodearon.
Ingresó a la extinta Orplan, el 1 de marzo de 1976, y de hecho ya cumplió más de 40 años en el Ministerio de Desarrollo Social, motivo por el cual, se le había enviado un reconocimiento por parte de la jefatura en Santiago. En los últimos meses, seguía su tratamiento en la capital, pero su delicado estado de salud, no le permitía regresar a su Copiapó natal.
Sus compañeros de trabajo, que algunos tienen una vida juntos, viendo crecer a sus hijos e hijas, aún no pueden creer la magra noticia, y sólo esperan que la familia tenga el consuelo necesario para salir adelante.
Una de las funcionarias y compañera de labores, Marisol Cabrera, se refirió al legado que deja Pablo en la oficina. “El era un hombre entregado a su trabajo, sabíamos cuando llegaba, pero a veces no sabíamos cuando se iba, él si tenía que cumplir estaba siempre presente, y dedicaba mucho tiempo a sus tareas, además que siempre apoyaba las causas y era muy comprometido con los demás, lo vamos a echar mucho de menos”, comentó.
Otro de los compañeros que se refirió hacia su persona, don Alfonso Blanco, y lo recuerda con cariño. “Pablo era un compañero leal, discreto y que siempre estaban pendiente de los temas de la oficina, estuvo un buen periodo como jefe administrativo y se preocupaba de que las acciones de fines de año con los niños e hijos de los funcionarios, resulte como corresponde. Yo diría que estuvo antes que el ´76 en la oficina, porque conoció a Winston Cabello, y supo y vivió todo ese triste episodio. Creo que es una gran pérdida y ahora es el momento de que todos los compañeros y quienes lo conocieron, puedan acompañarlo de alguna forma, él sabía lidiar con situaciones interpersonales, y era un conciliador y buen amigo”, enfatizó.
Sus compañeros de trabajo están a la espera de que regrese a la Región de Atacama del ánfora, y junto con ello, se está organizando una misa de conmemoración y reconocimiento para el próximo jueves 24 de noviembre de 2016 a las 19 horas, en la Iglesia Catedral de Copiapó, para que todos aquellos que lo conocieron en vida, puedan asistir y expresarle ante la presencia del Señor, todos los mensajes de afecto.
