Cinco ejemplares de loros tricahues, especie chilena protegida, decomisados a particulares por el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, en distintos puntos de la provincia de Huasco, fueron entregados al Centro de Rescate y Rehabilitación de Aves Nativas, ubicado en la región Metropolitana, con el propósito de su recuperación y posterior vuelta a su hábitat en nuestra región.
El decomiso de las especies, dos de ellas entregadas voluntariamente, se produjo gracias a denuncias de personas como también de antecedentes que maneja el mismo SAG, y a que los involucrados no pudieron acreditar la legítima procedencia de los ejemplares que obliga a demostrar la Ley de Caza y su Reglamento.
La condición general de cada ejemplar fue evaluada por el médico veterinario de la oficina Vallenar, quien producto del deterioro y estrés de los ejemplares decidió su traslado al mencionado centro de rescate, en donde se les enseñará nuevamente a tener un comportamiento natural para poder liberarlos y así reproducirse.
Considerando su futura liberación se colocó a cada ejemplar un chip de identificación, los que fueron proporcionados e instalados por funcionarios del SAG Metropolitano.
Al respecto, el director del SAG Atacama, Juan Carlos Valencia, manifestó y reiteró que con esta actividad “se demuestra la importancia de las denuncias por tenencia ilegal de fauna silvestre y el trabajo colaborativo interregional entre nuestras oficinas”.
Cabe destacar, que el organismo continuará este año haciendo decomisos de aves silvestres protegidas en la provincia del Huasco, tanto en zonas rurales como urbanas, por lo que Valencia llamó a la población a hacer entrega voluntaria de las especies que se mantengan como mascotas, y no exponerse a multas considerables.
El loro tricahue mantiene una población estable en esta zona de la región, siendo las más al norte de la que se tenga conocimiento. Sin embargo, es común hallarlo en cautiverio, lo que prohíbe la legislación, a menos que se cuente con autorizaciones especiales.
La especie suele ser vendida como mascota, lo que lleva a que se extraigan los polluelos desde sus nidos, interrumpiendo su ciclo reproductivo y la tasa de reemplazo de individuos seniles. Así mismo, las poblaciones tradicionales de la zona norte y central han visto reducidos sus lugares de vida por la actividad humana.
El SAG en la provincia del Huasco viene desarrollando un trabajo de difusión sobre el estado de esta ave, de la cual se estima que no existen más de 5 mil ejemplares en todo el país, así como acciones de protección y fiscalización del cumplimiento de la Ley de Caza enfocadas al tricahue.
De acuerdo al biólogo de la Universidad de La Serena, Renzo Vargas, el tricahue es una subespecie endémica (propia del país) y de mayor antigüedad evolutiva, incluso de ella derivaron especies de loros hoy presentes en Argentina. Ecológicamente tiene un gran valor. Se alimenta de tres especies principales de plantas: la algarrobilla, el carbonillo y el pacul, contribuyendo a dispersar sus frutos y semillas, y con ello propiciar una mejora en la diversidad genética de las plantas silvestres del norte.
