Una buena noticia para la conservación de la fauna silvestre de Atacama tuvo lugar esta semana, luego que cuatro ejemplares de loro tricahue fueron devueltos a su hábitat natural, culminando así un proceso que se inició con el aviso oportuno de personas que dieron cuenta del hallazgo en malas condiciones de estas aves, para luego ser atendidas y recuperadas en recintos especiales.
Los ejemplares, originarios del país y en peligro de extinción, fueron liberados en las cercanías de la localidad de Incahuasi, zona donde mantienen una pequeña comunidad, lugar de vida más al norte del país del que se tenga conocimiento, dada la presencia de vegetación especial y bebederos de agua, tanto naturales como artificiales.
Dos de los loros fueron hallados este año en Caldera, estaban a la intemperie y abandonados al interior de una jaula. Las personas que los encontraron avisaron a Carabineros y posteriormente al Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, quien los trasladó hasta sus dependencias.
Los dos ejemplares restantes fueron encontrados a mediados del año pasado en la plaza de Domeyko, cuando estaban siendo amenazados por perros, dándose aviso a las dos instituciones mencionadas, trasladándose hasta el mini zoológico municipal del parque El Pretil de Copiapó, donde quedaron en recuperación.
Cabe destacar que el lugar de vida o “lorera” de la especie en Incahuasi se encuentra actualmente en las inmediaciones del proyecto del parque eólico San Juan, por lo que la empresa está realizando un monitoreo de la población a pedido de las instituciones ambientales, solicitándose diversas medidas de protección ante la construcción de las torres eléctricas que demanda la iniciativa.
El SAG, a través de su director regional, Juan Carlos Valencia, agradeció a las personas su preocupación por la protección del loro tricahue, así como reiteró su llamado a la comunidad en general a ser partícipe de la conservación de los recursos naturales. “Es una especie en peligro, que la capturan para mascota, y por otro lado, la sequía y la alteración de sus hábitats por actividades industriales, están mermando sus poblaciones, por lo que hoy debemos estar especialmente atentos para colaborar a su conservación”, estimó Valencia.
Agregó que de acuerdo a la legislación vigente, las personas que extraigan crías, cacen o mantengan ejemplares en encierro sin autorización expresa, se exponen a multas económicas considerables, e incluso penas de cárcel.
